Tras sólo dos meses de primarias y caucuses, el senador por Massachusetts, John Kerry, se disponía anoche a coronarse como el candidato del Partido Demócrata para disputar en noviembre la Casa Blanca al presidente y candidato republicano, George Bush. Kerry espera apuntarse sólidas victorias en las 10 elecciones celebradas ayer en otros tantos estados, de un extremo a otro del país, la jornada más importante hasta ahora de la carrera electoral estadounidense, el llamado supermartes .

"Nunca me he fiado de los sondeos", declaró con prudencia el senador al comienzo de las votaciones, a pesar de que las encuestas le presentaban como claro favorito en las nueve primarias y un caucus de ayer, con 1.151 delegados en juego, más de la mitad de los 2.162 necesarios para ser declarado oficialmente candidato en la convención del Partido Demócrata.

DELEGADOS ACUMULADOS Kerry tiene ya acumulados 754 delegados, según el recuento de la cadena televisiva CNN, cuyos analistas adelantaron ayer que puede sumar otro millar más si lograba anoche una victoria tan amplia como se esperaba.

El senador comenzó el día haciendo campaña en Atlanta, la ciudad más importante del estado de Georgia, que ayer celebraba primarias, con 86 delegados en juego. "Voy a volver muchas veces, porque quiero ganar aquí", dijo, refiriéndose a su batalla contra Bush en las elecciones de noviembre. La Casa Blanca ha tomado nota y mañana lanzará su primera andanada electoral en toda regla contra Kerry, con una gran campaña de anuncios televisivos que se emitirán en los 17 estados más difíciles de ganar para Bush.

No obstante, la organización MoveOn.org Voter Fund, que se inclina por los demócratas, anunció ayer que contrarrestará la campaña del presidente republicano con anuncios propios en esos mismos estados.

Atlanta fue también el escenario escogido por el senador por Carolina del Norte, John Edwards, para aguardar el resultado del supermartes , que puede suponer el fin de su campaña electoral, ya que no tenía perspectivas de ganar en ningún estado. Aún y así, Edwards albergaba esperanzas de lograr sus mejores resultados en Ohio, Georgia y en el caucus de Minnesota, para poder aumentar los 220 delegados que ha acumulado.

EN EL SENADO Kerry y Edwards coincidieron al tomar parte en una votación del Senado en el que ambos tienen escaño. No muy lejos de allí, Bush hizo un llamamiento al Congreso en pleno para que renueve las cláusulas que vencen el año próximo de la polémica ley patriota. Aprobada tras los atentados del 11-S, esta ley antiterrorista es rechazada por los sectores liberales, porque consideran que recorta excesivamente las libertades civiles, para ampliar los poderes del Gobierno de vigilancia e intromisión en la intimidad.

"No podemos bajar la guardia, el Congreso debe renovar la ley patriota", dijo Bush en el primer año de la creación del Departamento de Seguridad Nacional.