La localidad de Bilín es el símbolo de la resistencia palestina contra los 680 kilómetros de muro que Israel construye en Cisjordania. Cada viernes, desde hace dos años y medio, cientos de palestinos, pacifistas israelís y activistas extranjeros se manifiestan contra la confiscación de cerca de 200 hectáreas de tierras agrícolas y la destrucción de miles de olivares para erigir la barrera. Esta escenificación semanal dio ayer sus frutos. El Tribunal Supremo israelí ordenó la modificación del trazado del muro a su paso por Bilín porque "causa un perjuicio considerable a sus habitantes".

El Gobierno israelí defiende que la "valla de seguridad" es necesaria para proteger el asentamiento de Modiin Illit. Un argumento puesto en evidencia ayer por el alto tribunal en una nueva sentencia contra el trazado de un muro que se apropia del 10% del territorio cisjordano.