Quedan ya sólo dos jornadas para el día D. El próximo jueves, los norteamericanos transferirán su autoridad en Diwaniya a las fuerzas españolas y los 1.340 militares españoles iniciarán de forma oficial la misión más polémica realizada jamás por el Ejército español en el extranjero. Mientras trabajadores iraquís ultiman la instalación de ventanas y equipos de aire acondicionado en los barracones de Base España, donde dormirán los soldados, entre la tropa sólo se suspira por la pronta llegada de una empresa de Madrid contratada por el Ministerio de Defensa que se encargará de preparar las comidas e incluso abrirá una cantina.

Por el momento, las raciones todavía son distribuidas por el Ejército de EEUU, absolutamente ajeno a los gustos españoles. "La comida es infame", se queja la soldado Rocío López.

DESAYUNO AMERICANO

Un desayuno consistente, al más puro estilo norteamericano, una pequeña bandeja de comida como almuerzo, cuyo plato fuerte es nada más y nada menos que una bolsa de chips traída de EEUU, y una cena, también frugal, son el alimento que han recibido hasta ahora los soldados que llegan escalonadamente a Diwaniya.

Gustos aparte, lo cierto es que los españoles disfrutarán de unas comodidades que no han gozado los soldados estadounidenses que combatieron durante la guerra. Las letrinas que dejan atrás los norteamericanos --un simple tubo de metal apoyado en la arena del desierto-- no resisten comparación alguna con unos retretes comme il faut instalados por el Ejército español, según el portavoz Jose Luis Martínez Falero, "en un tiempo récord".

También tendrán mucho más fácil hablar con la familia. Nuestra querida Telefónica quiere instalar en los próximos días unas cabinas para telefonear a España. El coste será de una llamada interurbana. El resto lo sufraga la compañía que preside César Alierta.

CLIMA DURO

Bajo el sol inclemente de Diwaniya, otro de los deseos de la tropa española es que se acabe de una vez el largo verano iraquí. "Lo más duro ha sido el calor", apunta el sargento Martín, de Valencia. El viento y el polvo en suspensión obligan a limpiar varias veces al día los fusiles, y parte del equipo soporta con dificultades las inclemencias meteorológicas de Irak.

Entre una mayoría de hombres, 50 mujeres representan la integración femenina en el Ejército español. Parecen aguantar mejor el calor que el sexo opuesto, pero la utilización de los aseos provoca alguna que otra fricción. Aunque se han montado turnos para utilizar las duchas, cuando las féminas acuden al lavabo para asearse, muchos hombres que se están duchando en ese momento se pasean "en pelota picada", se lamenta Aida Romero.

El famoso toro de Osborne que presidía Base España ha sido convenientemente retirado. La explicación oficial es que se fue con el soldado que lo instaló.