Los insurgentes talibanes ampliaron hoy, por segunda vez, otras 24 horas el plazo de negociación para los 23 rehenes surcoreanos secuestrados el pasado jueves, mientras continúan las conversaciones para conseguir su liberación. "Como el Gobierno afgano no ha intentado resolver sinceramente el problema, esta vez daremos 24 horas al Gobierno coreano para resolverlo", dijo a Efe un portavoz talibán, Qari Yousef Ahmadi.

Los rebeldes habían amenazado con ejecutar a los 18 mujeres y cinco hombres surcoreanos a las 19:00 hora local (14:30 GMT) de hoy, en caso de que las autoridades no se mostraran dispuestas a cumplir con su demanda de excarcelar a un número idéntico de presos talibanes a cambio de los retenidos.

Tras dar un ultimátum que caducaba este domingo, los insurgentes habían extendido el plazo 24 horas, hasta hoy, para "discutir el asunto" con la delegación coreana que llegó anoche al país. Otra exigencia de los insurgentes, la retirada de los 200 soldados surcoreanos integrados en la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), ya ha sido aceptada por Seúl, que ya tenía prevista la salida de sus tropas del país a finales de este año.

Mientras tanto, fuerzas del Ejército, la policía y los servicios de inteligencia afganos, mantienen sitiada la zona de Qara Bagh, en el este del país, donde supuestamente se encuentran secuestradores y secuestrados.

Según una fuente del Gobierno provincial, que pidió no ser identificada, el contacto con los captores ha sido establecido mediante los líderes tribales en la zona. El portavoz del ministerio afgano de Defensa, el general Zahir Azimi, dijo hoy a Efe que las autoridades intentarán "resolver el asunto pacíficamente" y que espera que los rehenes "sean liberados sanos y salvos".

Los surcoreanos, que fueron identificados como misioneros de una iglesia católica, habían viajado a Afganistán en misión humanitaria, y fueron secuestrados el jueves pasado en la importante carretera que une Kabul con la ciudad sureña de Kandahar.

El temor por las vidas de los surcoreanos aumentó este sábado, cuando los talibanes aseguraron haber matado a dos rehenes alemanes y cinco afganos secuestrados en la provincia central de Maidan Wardak el miércoles pasado. Sin embargo, las autoridades afganas desmintieron posteriormente el asesinato de los rehenes germanos a manos de los insurgentes, y alegaron que uno de ellos murió de un infarto provocado por el calor y el agotamiento, mientras que los afganos y el otro alemán seguían vivos. Este domingo, la Policía halló el cadáver del fallecido en el distrito de Jaghato.

Además, uno de los rehenes afganos ya liberado, el hermano del subjefe del Parlamento, afirmó que el otro alemán y los demás afganos, aún retenidos, estaban vivos, según informó a Efe Abdul Wadood Pashtunzar, portavoz del gobierno provincial.

Un día después de que el cadáver del alemán, tiroteado, fuera trasladado a Kabul en ambulancia, Pashtunzar afirmó a Efe que continúan las conversaciones para conseguir la liberación de los cinco rehenes restantes, aunque admitió que ahora era dudoso si los secuestrados son talibanes, o bien narcotraficantes o criminales locales.

Los secuestros de ciudadanos extranjeros en Afganistán por los talibanes se han incrementado este año. En marzo pasado, un periodista italiano secuestrado por los rebeldes fue liberado a cambio de cinco prisioneros insurgentes, un acuerdo que suscitó duras críticas contra los gobiernos italiano y afgano, por el temor de que la transacción invitara a los talibanes a seguir usando en el futuro la táctica del secuestro.

Posteriormente, dos trabajadores franceses de la organización humanitaria Terre d'Enfance fueron secuestrados y más tarde liberados. Y otro alemán, retenido durante una semana en el oeste de Afganistán, fue liberado el 5 de julio pasado.