Cuando faltan unas horas para expirar el plaza dado por los talibanes, que amenaza con ejecutar a los 22 surcoreanos a las 07.30 GMT de hoy, viernes, si no se aceptan sus demandas, continúa en la incertidumbre la suerte de los rehenes.

El secuestro de los 22 surcoreanos en el este de Afganistán entró hoy en su octavo día mientras Seúl y Kabul siguen negociando su liberación con la vista puesta en el último plazo fijado por los captores para su ejecución.

El grupo talibán que secuestró a los surcoreanos, todos ellos voluntarios cristianos en misión humanitaria, estableció ese nuevo ultimátum ayer, jueves, un día después de la ejecución del pastor protestante Bae Hyung-kyu, de 42 años, líder de los misioneros.

Según una fuente de los negociadores, los propios secuestradores están divididos en tres grupos que difieren sobre las demandas a cambio de la liberación de los rehenes.

Una de las facciones, constituida por guerrilleros de las provincias sureñas de Kandahar y Helmand, exige sólo el intercambio de rehenes por presos talibanes, mientras que las otras dos se conforman con el pago de un rescate.

Una de las mujeres surcoreanas secuestradas, que se identificó como Yo Syun Ju, pidió este jueves ayuda en una llamada telefónica retransmitida por la cadena pública británica BBC, en la que aseguró que su situación es "peligrosa".

En Afganistán permanece además secuestrado un ingeniero alemán capturado hace nueve días por los talibanes, junto con otro ciudadano de la misma nacionalidad que murió cuando se encontraba en manos de los rebeldes, aunque aún no está claro si fue ejecutado o murió de un fallo cardíaco.