Nunca desde la Gran Depresión, cuando el paro en Estados Unidos se estima que alcanzó el 25%, el mercado laboral del país se había precipitado por el abismo como ahora. Los últimos datos del paro mensual correspondientes a abril, cuando se destruyeron 20,5 millones de puestos de trabajo, sitúan la tasa de desempleo en el 14,7%, un récord desde que hay registros. Los números ni siquiera reflejan del todo la cruda realidad, pues seis millones más de estadounidenses han dejado de buscar empleo y millones más están viviendo con horas o salarios recortados.

La estadística mensual facilitada ayer por el Departamento de Empleo llega un día después de que los datos semanales elevaran hasta los 33 millones los empleos perdidos en siete semanas. Pero con sus detalles hace el retrato más demoledor hasta la fecha de la severidad de esta crisis.

De un plumazo, el virus ha desarticulado los avances que había hecho en la última década la economía estadounidense, que en febrero registraba un índice de paro del 3,5%. Y el descalabro ha golpeado especialmente a los grupos para los que más había mejorado la situación laboral: los hispanos y los negros. Para los primeros, que llegaron a tener un 6% de paro, ahora la tasa es del 18.9% y para los segundos, ha pasado del 6,7% al 16,7%. También las mujeres sufren el desempleo tres puntos más que los hombres.

SALARIOS MODESTOS / Todos los sectores se ven afectados. Educación y sanidad, por ejemplo, han visto desaparecer 2,5 millones de empleos y la manufactura 1,3 millones. Pero el impacto más duro se siente en los campos de restauración y hostelería, donde en abril se evaporaron 7,7 millones de puestos de trabajo, y en el de comercio minorista, 2.1 millones.

Esos dos últimos son sectores marcados por salarios modestos. «Comunidades de minorías y de ingresos bajos y moderados decían que tenían el mejor mercado laboral que han visto en sus vidas y es francamente descorazonador ver eso amenazado ahora», decía hace poco el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell.

El horizonte es gris para muchos economistas y expertos, que ven improbable una recuperación rápida en forma de V y anticipan meses, y hasta años, para que el mercado laboral vuelva a la normalidad. Desde la Casa Blanca y desde la campaña de Trump, que con la crisis económica ha perdido uno de los ejes con que buscaba la reelección, el mensaje es diferente. En una entrevista con FoXNews, el presidente ha mostrado poca sorpresa ante las cifras históricas de paro que ha atribuido al cierre «artificial» en la economía para tratar de frenar la propagación del virus y ha aventurado que «esos trabajos volverán y lo harán muy pronto».

El mensaje de su campaña, mientras, asegura que Trump «construyó una economía de fuerza histórica y lo hará una segunda vez». «Está decidido a reabrir la economía», reza al comunicado. Lo que no menciona es el recelo que esa determinación por la desescalada y las prisas provocan en médicos.