No lo tienen fácil los periodistas extranjeros acreditados para cubrir las elecciones presidenciales iranís, ni tampoco los nacionales opuestos al presidente Mahmud Ahmadineyad. Todo fue sobre ruedas durante la campaña electoral y la misma jornada de las elecciones. La libertad fue total. Pero el día en que se dieron a conocer los resultados de los comicios, las fuerzas antidisturbios saltaron a las calles, apoyados por los basijs --milicianos islámicos-- para reprimir con dureza a todos los que protestaban en calles y plazas de la capital. Y así ha sido hasta ahora. El miedo ha aparecido de nuevo en muchos partidarios de Musavi cuando algún periodista les interroga en la calle. Hablan en voz baja y miran alrededor para saber quién les escucha.

Algunos periodistas han sido agredidos y dos fueron detenidos. Las autoridades han exigido a los periodistas a los que se les vence en las próximas 48 horas el visado --normalmente de 10 días de duración-- que salgan del país, ya que no tienen la intención de renovarlo. En las elecciones legislativas del año pasado, era un trámite fácil.

DENUNCIAS Por otra parte, la sección española de Reporteros sin Fronteras calificó de "inaceptable" la agresión contra la prensa extranjera en Irán. Al equipo de RTVE, tras ser conminado a abandonar el país, se le permitió quedarse hasta que expiraran sus visados el jueves. Y cuatro conocidos periodistas locales han sido detenidos.