La televisión chilena ha ofrecido nuevas imágenes de los 33 mineros atrapados desde el pasado cinco de agosto en el yacimiento San José, en el norte de Chile.

En el vídeo, logrado gracias a los equipos enviados por el Gobierno al interior de la mina, se observa a los obreros con largas barbas, bastante delgados y ojerosos, pero con buen ánimo.

Uno de los trabajadores explica y muestra las instalaciones donde se encuentran, a 700 metros bajo tierra, y objetos como botiquines, estantes para guardar algunas vituallas, una mesa y el lugar donde mantienen el agua potable.

La grabación dura unos 45 minutos y ya ha sido exhibida a los familiares en una gran pantalla levantada en las cercanías del yacimiento.

DESCONOCEN EL TIEMPO DE ESPERA

Los mineros, que matan el tiempo de espera jugando al dominó, ignoran todavía que el rescate se demorará unos cien días.

Antes de recibir esta noticia, los obreros deben estar preparados, y por ello ya trabajan con psicólogos y psiquiatras, que se encargarán de los operarios que puedan sufrir alguna depresión o angustia incontrolable, según ha informado el ministro de Salud chileno, Jaime Mañalich.

Además, el Gobierno prevé enviar a la mina aparatos minúsculos de televisión, conectados a fibra óptica, en los que se pasarían solo películas elegidas por médicos y posteriormente se enviarían imágenes de sus familiares, "dependiendo de su reacción".

LA JUSTICIA ACECHA A LA MINERA

Mientras, la justicia chilena ha ordenado retener 1,3 millones de euros a la empresa minera San Esteban, dueña del yacimiento San José, como medida preventiva solicitada por las familias de los trabajadores. Según fuentes judiciales, este dinero corresponde a pagos que la Empresa Nacional de Minería (Enami) debía cancelar a la minera.

En esta misma línea, ayer se presentó la primera querella en contra de los dueños del yacimiento de San Esteban, Alejandro Bohn y Marcelo Kemeny, y los responsables del estatal Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin).

Por ello, tanto Bohn como Kemeny ya han sido interrogados por el fiscal regional de Atacama. El Ministerio Público chileno podría procesarlos, al menos, por las lesiones graves que sufrió el trabajador Gino Cortés, que padeció la amputación de una pierna en un accidente en la mina de San José, previo al derrumbe del pasado cinco de agosto.