Mientras el Kremlin se opone a pies juntillas a las exigencias de llevar a cabo una investigación pública sobre la toma del Teatro Dubrovka de Moscú por parte del comando de Movsar Barayev, la crisis de los rehenes provoca cada vez más preguntas sin respuesta. El secretismo total que rodea a la investigación oficial del asalto y la operación de rescate, que se saldó con 129 rehenes muertos, ha suscitado la hipótesis de que los servicios especiales rusos conocían de antemano los planes de los rebeldes o, incluso, estaban detrás.

"Los servicios especiales seguramente tenían la información de que el comando de Barayev se estaba preparando para un importante atentado. Las explicaciones al respecto parecen muy contradictorias. Por un lado, dicen que no tenían ningún indicio del asalto al teatro, pero, al mismo tiempo, nos enseñan una cinta en la que (el líder separatista Aslan) Masjadov advierte del posible ataque", dice un excomandante de las tropas rusas en Chechenia.

MUJERES RETRATADAS

Según este militar, el servicio de inteligencia del Ejército recibió de un agente, hace varios meses, fotos de varias mujeres chechenas que se entrenaban para llevar a cabo un atentado en una de las grandes ciudades rusas. Al menos tres de las mujeres retratadas participaron luego en la toma del Dubrovka.

La misma figura de Barayev, poco conocido antes de la toma de los rehenes, despierta sospechas. Según la revista francesa Le Nouvel Observateur , el sobrino del fallecido comandante de campaña, Arbi Barayev, era un "doble agente" que colaboró con el Servicio Federal de Seguridad (FSB, el antiguo KGB), pero al mismo tiempo recibía financiación de Arabia Saudí.

Los que sí tienen claro el respaldo del FSB al comando de Barayev son los rebeldes chechenos. Los separatistas han difundido hace poco un vídeo, en el que un capturado agente de los servicios especiales rusos admite: "Participé en la preparación" de asalto al Dubrovka. Sin embargo, el FSB ha desmentido esta información, al declarar que los rebeldes torturaron al prisionero para que hiciera estas revelaciones.

POLEMICAS EXPLOSIONES

El exagente del FSB Aleksandr Litvinenko, exiliado en Londres, acusa a sus antiguos colegas de organizar atentados en Moscú y otras ciudades rusas, que causaron 292 muertos en 1999.

En 1999, el Kremlin atribuyó las explosiones a los rebeldes chechenos, lo que permitió iniciar la guerra de Chechenia, pero Litvinenko asegura que en realidad se trató de un plan de los servicios secretos para llevar a la presidencia a Vladimir Putin. El asalto al Teatro Dubrovka también ha permitido a Putin fortalecer sus posiciones, así como silenciar a los opositores que exigían el establecimiento de negociaciones con los líderes rebeldes. "En ambos casos Putin personalmente ha salido reforzado y recibió carta blanca de los rusos", dice Yuri Levada, director del Centro de Estudios de Opinión Pública ruso.

EXTRADICION RECHAZADA

Mientras, las autoridades de Dinamarca rechazaron ayer la extradición a Rusia de Akhmed Zakayev, emisario del presidente independentista checheno, Aslan Masjadov, que fue detenido el pasado 30 de octubre en Copenhague a petición del Gobierno de Moscú. Jakob Scharf, portavoz del Ministerio de Justicia danés, declaró que Zakayev fue puesto en libertad y se encuentra en un lugar secreto.

"Hemos tomado esta decisión, porque no podemos aceptar una petición de extradición en base a las pruebas presentadas", argumentó Scharf. El embajador de Rusia en Dinamarca fue convocado ayer por el Ministerio de Exteriores para ser informado de las razones por las que se decidió no entregar al político checheno a Moscú, quien lo acusa de actividades terroristas.