El primero de los cinco buques que transportan combustible iraní para Venezuela se espera que surque aguas territoriales del país caribeño hoy. El Gobierno de Nicolás Maduro ha denunciado ante la ONU la «amenaza del uso de la fuerza militar» de Estados Unidos contra esos navíos que deben proveer la gasolina que escasea en uno de los países productores de hidrocarburos más importantes del mundo. El ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino, ya adelantó que, al entrar en la zona económica exclusiva del país, esos barcos serán escoltados por aviones de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) «para darles la bienvenida» y agradecer «tanta solidaridad y cooperación».

El embajador venezolano ante la ONU Samuel Moncada, ha señalado que si «las provocaciones de Estados Unidos se materializan de alguna manera, la acción no sólo constituiría una agresión militar armada contra un buque mercante de bandera iraní y contra el pueblo venezolano en su conjunto», sino que en la situación actual «equivaldría a un crimen de lesa humanidad».

Desde principios de abril, buques militares estadounidenses patrullan aguas del Caribe, cercanas a la ruta probable de los cargueros iraníes, con el alegado propósito de prevenir que «actores corruptos» exploten la crisis del coronavirus e introducir más droga en EEUU.

La administración estadounidense sanciona a quienes realizan negocios con PDVSA, la petrolera estatal, como medio para debilitar a Maduro. El Gobierno calcula que necesita entre seis y ocho semanas para poner operativo el Complejo Refinador Paraguaná, que en su tiempo fuera el centro de refinación más grande del mundo y que podría producir entre cerca 180.000 barriles de gasolina diarios. Ese volumen permitiría cubrir la demanda interna.

Teherán es considerado por Washington uno de los «estados patrocinadores del terrorismo». La Casa Blanca dijo que evaluaba «castigar a Irán» por ayudar a Maduro.