Las tensiones originadas por el corte del suministro de gas ruso a Ucrania han afectado al precio del barril de petróleo en los mercados internacionales, que ayer marcaba casi 59 dólares en su calidad europea y más de 61 dólares en la clase Texas, la de referencia en el mercado de Estados Unidos.

Se trata de un pez que se muerde la cola, pues el origen de la disputa por el gas está en su mismo encarecimiento, provocado por la escalada del petróleo. A su vez, la inestabilidad que genera el conflicto del gas, y que ya ha afectado a casi 10 países, empuja hacia arriba los precios del crudo.

En cuanto a las razones objetivas que favorecen la subida de los precios del petróleo, se mantienen las perspectivas de un elevado crecimiento de la demanda por parte de Estados Unidos --y de otros países--, que se une a la limitada capacidad de refino de las instalaciones de las grandes compañías.

Ese estrangulamiento es el que conduce a la Agencia de la Información de la Energía (EIA) a calcular que el precio medio del año que acaba de comenzar será de 63 dólares para la clase Texas; un petróleo que solamente dos años atrás había hecho una media de 37 dólares el barril.