Oklahoma ha ejecutado a Jeffrey David Matthews, después de haberlo aplazado en tres ocasiones, por el asesinato en 1995 de su tío abuelo de 77 años durante un robo a mano armada perpetrado en casa de este. Las autoridades han utilizado para la inyección letal pentobarbital, un anestésico para animales, ante la falta de thiopental, el anestésico autorizado por la justicia estadounidense. Es la tercera vez en menos de un mes y la segunda del 2011 que Oklahoma utiliza este método.

Matthews, de 38 años, fue condenado por el homicidio en primer grado de su tío Otisl Earl Short, quien falleció por un impacto de bala durante un robo a mano armada en su casa. Al día siguiente del robo, Matthews fue detenido junto a Tracy Dyer, quien admitió su culpabilidad y fue condenado a cadena perpetua. En cambio Matthews insistió en su inocencia y fue condenado a pena de muerte.

Su defensa había argumentado que en en lugar del crimen no se encontraron ni huellas, ni cabellos ni ADN de Matthews. La esposa de la víctima tampoco le identificó como uno de los ladrones.

El preso pasó las últimas horas de su vida con sus familiares, entre ellos su madre, para quien fueron sus últimas palabras: "Dejénle saber que la quiero", dijo antes de morir.