Algunas de las protestas que tuvieron lugar contra la elección como nuevo presidente de Francia del conservador Nicolas Sarkozy degeneraron en altercados en algunas ciudades del país por tercera noche consecutiva, informaron fuentes policiales. En París, unos 150 manifestantes que trataban de bloquear el acceso a la plaza de la Bastilla fueron rechazados por un fuerte dispositivo policial que practicó un número indeterminado de detenciones, indicó la Prefectura (delegación del Gobierno).

Los manifestantes, que gritaban eslóganes contra Sarkozy y las fuerzas del orden, provocaron daños en el mobiliario urbano. En Lyon (centro este) hubo enfrentamientos similares entre los agentes y unas 200 personas que se habían concentrado en el centro cuando algunos de ellos bloquearon una calle peatonal y destruyeron mobiliario urbano. Hubo al menos dos detenciones.

En Villeurbane, una ciudad de la periferia de Lyon, un local del partido gubernamental UMP fue pasto de las llamas, lo que en principio parece ser un acto de naturaleza criminal, ya que se encontraron los cristales rotos. En la ciudad de Grigny, en el extrarradio de la capital francesa, una escuela maternal y un garaje fueron quemados después de varios choques entre la policía y grupos de jóvenes, dos de los cuales fueron detenidos. También hubo una manifestación contra Sarkozy en Toulouse (sur) en la que participaron unas 60 personas, pero en este caso la concentración se desarrolló sin incidentes.

Incidentes intolerables

El ministro del Interior, François Baroin, subrayó hoy, en una entrevista con la emisora "France Info", que estos altercados "no son aceptables y no se aceptarán", y por eso "la policía hará que se respete el Estado de Derecho". En ese sentido, Baroin indicó que la justicia actúa contra los autores de disturbios detenidos, que identificó como miembros de movimientos "de extrema izquierda", y que ha habido juicios por el procedimiento de comparecencia inmediata que se han traducido en ciertos casos en condenas a prisión firme.

El ministro aseguró que "no hay violencias policiales" y que los agentes "han demostrado su profesionalismo" y su "sangre fría", por lo que "hay que felicitarlos". "Tenemos una situación sobre este punto perfectamente controlada", reiteró. En las dos primeras noches de disturbios tras hacerse públicos los resultados de las presidenciales, al menos 1.000 coches han sido incendiados en diversos puntos de Francia en los que se han reproducido los enfrentamientos con la policía.