Ya no es una leyenda urbana. Massimo Ciancimino, hijo del difunto alcalde mafioso Vito Ciancimino, reveló ayer que su padre y capos de la Cosa Nostra siciliana invirtieron en la urbanización Milano 2, la gigantesca zona residencial levantada por Silvio Berlusconi durante los años 70 a las afueras de Milán que le permitió transformarse en uno de los hombres más poderosos de Italia. El difunto alcalde, miembro de Democracia Cristiana, también había pertenecido a la organización Cosa Nostra.

"Después de las investigaciones y la denuncia de la comisión antimafia ... mi padre decidió trasladar sus inversiones fuera de Palermo", dijo Ciancimino, quien añadió que una parte del dinero fue a parar "a una gran obra en la periferia de Milán, que después se llamó Milano 2". "Aunque no le parecía que el negocio fuera conveniente" --precisó Ciancimino-- "mi padre estaba muy próximo a mafiosos que tenían una gran capacidad empresarial, como Salvatore y Antonino Buscemi y Franco Bonura", quienes le convencieron para realizar dichas inversiones.

Las revelaciones de Ciancimino se sitúan en el marco de los procesos judiciales que se están llevando a cabo estos días en Palermo ante los magistrados Antonio Ingroia y Nino di Matteo, y que apuntan a que representantes del Estado italiano accedieron a negociar con los capos de la mafia en los años 90.

INMUNIDAD Ciancimino explicó también que el que fuera el máximo jefe de la Cosa Nostra siciliana Bernardo Provenzano tenía en los años 90 "una especie de inmunidad que le permitía moverse libremente durante su clandestinidad", sin riesgo a ser capturado por las autoridades.

En palabras de su hijo, Vito Ciancimino habría sido el interlocutor que habló en nombre de Cosa Nostra en las conversaciones ante los representantes del Estado y cuyo objetivo habría sido poner fin a la campaña de sangre de la mafia en Sicilia.