Intercambio de disparos, una de las principales arterias de Bagdad cortada al tráfico durante una hora, eslóganes contra el Consejo de Gobierno y dos heridos. Toda esta sucesión de acontecimientos ocurrió ayer en pleno centro de Bagdad. Una vez más, las armas tuvieron que desenfundarse, en esta ocasión para dispersar una manifestación de parados.

El reloj marcaba las 10.30 horas, cuando centenares de parados se congregaron ante el Servicio de Protección de las Instalaciones (SPI), organismo encargado de velar por la seguridad de edificios emblemáticos en la capital iraquí supervisado por los ocupantes. A partir de aquí, las versiones difieren. De acuerdo con la policía, la multitud atacó los locales, enardecidos por agitadores, lo que forzó a miembros del SPI a "disparar al aire", sin producirse heridos.

Los manifestantes, en cambio, ofrecieron una versión muy distinta. Unos 200 parados se congregaron ante el SPI. Miembros de este organismo habían exigido a los parados sobornos (alrededor de 100 dólares) a cambio de un puesto de trabajo e, incluso, algunos ya habían cobrado el dinero. Desde los locales de la SPI, los agentes dispararon a la multitud, que respondió tirando piedras y utilizando sus armas.

ESPAÑA ACTUA EN DIWANIYA

Tras los disturbios de agosto en Diwaniya, que culminaron con el saqueo de la sede del Gobierno local, el personal de relaciones cívico-militares del contingente español en esa localidad ha comenzado a poner coto a los excesos del controvertido gobernador de la provincia de Al Qadisiya, Hazim Kasam Al Shalami. El comandante Angel Palacios dio a conocer una lista de los "excesos", entre los que destaca el número de guardaespaldas. "Tenía 120 y le hemos dicho que sólo podrá disponer de 40".