Los sucesos de la periferia de París han encendido todas las alarmas, y con razón, pues tienen todos los ingredientes de la peor pesadilla. Suburbios desestructurados, población de origen inmigrante con altos porcentajes de jóvenes de ascendencia musulmana, paro, pequeña delincuencia, fragmentación del criterio de ciudadanía... Hasta hace un tiempo, hubiéramos añadido: y sin ningún partido político al frente, aunque fuera radical. Ahora añadimos: caldo de cultivo ideal para cualquier tentación de hacerlo saltar todo por los aires. Literalmente.

*Catedrático de Ciencia Política.