Es de cajón que los servicios secretos europeos --y, por tanto, sus jefes políticos-- tenían que saber que la CIA trasladaba por Europa a sospechosos secuestrados para interrogarlos en países amigos aficionados a torturar detenidos. La maniobra no salió a la luz hasta que la reveló la prensa de EEUU, y los gobiernos europeos se han resistido a dar la información reservada que poseen. Incluso trataron de minimizar la gravedad de la operación después de recibir la persuasiva visita de Condoleezza Rice. Porque, aunque lo nieguen, muchos coinciden con ella en que todo vale en la lucha antiterrorista.

*Periodista.