Más de 300 muertos, 150 desaparecidos, ciudades incomunicadas y sepultadas bajo el lodo, y miles de personas sin techo es el panorama que ha dejado la tormenta tropical Winnie en el norte de Filipinas. Las lluvias torrenciales que cayeron el lunes sobre la cordillera de la Sierra Madre, en el este de la isla de Luzón, causaron un alud de tierra que sorprendió a los habitantes de las ciudades de Real, Infanta y General Dakar.

Los equipos de rescate no han podido acceder a algunas de las zonas afectadas. "Creemos que las talas ilegales pueden ser una de las razones por las que las riadas han afectado a estas localidades", explicó JayJay Suárez, vicegobernador de la provincia de Quezon.