La repentina muerte de Slobodan Milosevic obligó ayer al Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) a cerrar el juicio al que sometía al expresidente yugoslavo desde hace cuatro años. "Su muerte pone fin a este proceso", manifestó el juez Patrick Robinson en la clausura. Por primera vez, un exjefe de Estado era juzgado por crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio.