La policía metropolitana de Londres confirmó hoy la detención de 32 personas implicadas en la protesta contra la cumbre del G8 (países ricos más Rusia), que se celebrará la próxima semana en Irlanda del Norte.

Los detenidos han sido acusados de delitos como posesión de artículos para cometer vandalismo, resistencia a la autoridad, vandalismo, posesión de armas y negativa a identificarse al no quitarse el pasamontañas.

Scotland Yard mantiene durante toda la jornada un operativo especial con motivo de estas concentraciones, repartidas en varias zonas de la capital británica desde primera hora de la mañana y que dieron lugar al despliegue de cientos de antidisturbios, si bien no se han producido incidentes de gravedad.

En una de estas concentraciones, en el céntrico barrio del Soho, la policía de Londres realizó una espectacular intervención, recogida por cámaras de la cadena británica BBC, que muestran a seis agentes reduciendo a un manifestante en el tejado del edificio.

Bajo el título "Carnaval contra el capitalismo", el grupo anticapitalista StopG8 ocupó este inmueble para llamar la atención sobre la cumbre del G8, que reunirá a los líderes del Reino Unido, EEUU, Canadá, Alemania, Italia, Francia, Japón y Rusia los días 17 y 18 de junio en Irlanda del Norte.

Alrededor el edificio, que según confirmó Scotland Yard está dedicado a la enseñanza, llegaron a reunirse más de cien agentes que acordonaron las calles aledañas hasta desalojar finalmente el interior entre escenas de tensión que no llegaron a más.

Las protestas se extendieron a la sede londinense de la petrolera BP, donde dos docenas de manifestantes profirieron gritos entre una fuerte presencial policial.

Scotland Yard había asegurado que tenía indicios de que podrían usarse bombas de pintura y escudos contra la policía a caballo en Westminster, donde se encuentra el Parlamento británico, y en la City, el distrito financiero de Londres, según la agencia local PA.

En consecuencia, los agentes recibieron autorización para actuar de forma preventiva, así como para intervenir en el edificio del Soho, donde la policía estimaba que podían esconderse armas, según esas fuentes.

El despliegue policial se extendió hasta emblemáticos comercios de la ciudad como Fortnum & Mason, situada en Piccadilly, donde Scotland Yard bloqueó el acceso como medida de precaución después de que esta tienda fuera uno de los objetivos de las protestas de 2011 contra los recortes del Gobierno británico.