Una treintena de monjes budistas, de los más de 1.000 que están detenidos, se encuentran en huelga de hambre, en protesta por la violencia empleada por la Junta militar. Los religiosos fueron arrestados en la primera ola de detenciones del Gobierno, tras imponer el toque de queda el martes.

Los monjes, reclusos de la cárcel de Bamaw, en el estado de Kachin y pertenecientes a un grupo de 108 bonzos detenidos entre la noche del martes y la madrugada del miércoles, comenzaron la protesta desde el mismo momento en que fueron arrestados. Sus compañeros les acompañan recitando salmos. El jueves, las fuerzas de seguridad se llevaron a más de 800 monjes en una redada en los monasterios de Rangún.