Basora, la ciudad shií del sur de Irak, empezó ayer a contabilizar los primeros muertos de la posguerra. Dos iraquís fallecieron y otros ocho resultaron heridos ayer en el segundo día de protestas en la calle por la falta de carburante y de electricidad en la ciudad, que llevaron a enfrentamientos con las tropas británicas, encargadas de esta zona.

"Ha habido cuatro manifestaciones en el norte de la ciudad. Derivaron en pequeños altercados y, en algunos casos, las tropas británicas fueron tiroteadas y respondieron", admitió el comandante británico y portavoz, Charlie Mayo. El militar de la coalición de las fuerzas ocupantes de Irak precisó que los manifestantes eran alrededor de 800 y que la ciudad recuperó la calma cuando los militares distribuyeron carburante en varias gasolineras. El corte de electricidad ha provocado la falta de actividad en las refinerías de petróleo.

MENOR INTENSIDAD

Los portavoces del Ejército británico precisaron que las protestas de ayer no tuvieron la intensidad de las del sábado, en las que participaron, alrededor de 2.000 personas. Pero a pesar de las altas temperaturas, cercanas a los 60 grados, los iraquís de Basora se echaron ayer otra vez a la calle y reprodujeron las escenas del sábado con la quema de neumáticos, la colocación de barricadas y las increpaciones contra los kuwaitís, a los que acusan de llevarse la gasolina.

Mayo explicó que los altercados del sábado empezaron cuando una gasolinera elevó el precio del carburante dada su escasez. Para este portavoz, las protestas no tenían un particular sentimiento antibritánico. El caso es que la protesta causó la muerte por bala de un iraquí, sin que ayer ninguna fuente independiente identificara el origen de los disparos, y el fallecimiento de otro iraquí que cayó cuando intentaba subirse a un camión, según anunciaron los militares checos, que ayer tuvieron que intervenir y lanzar disparos de advertencia a los manifestantes.

MEDIACION DE LOS CLERIGOS

La mediación de los clérigos shiís desde el sábado y la distribución ayer de gasolina parecieron aplacar en la tarde la ira de los habitantes de Basora. "No nos han dado lo prometido, y ya hemos esperado bastante", declaró a la agencia Reuters el joven estudiante Hasan Jasin. "No es una cuestión política. No tenemos gasolina, energía eléctrica ni salarios. No estoy contra la coalición, todo lo que quiero es agua", se quejó el taxista Fadil Salman. También en Basora, un antiguo gurja (soldados nepalís integrados en el Ejército británico) murió ayer de un disparo cuando distribuía el correo para la ONU.

Pero las tropas británicas, que hasta ahora no habían sido objeto de agresiones, sufrieron el hostigamiento iraquí en la provincia situada al norte de la zona de Basora y a 350 kilómetros de Bagdad, la capital. Tres iraquís murieron en Missan en las últimas 24 horas en un ataque contra los militares del Reino Unido, que no tuvieron ninguna baja, según la versión oficial británica.

SE RECRUDECEN LOS ATAQUES

Los ataques de la resistencia iraquí contra las tropas de EEUU se están recrudeciendo en el centro de Irak, en torno a la capital, y ayer mismo 5 soldados norteamericanos y 10 civiles iraquís resultaron heridos en la propia Bagdad, en tres atentados distintos contra las fuerzas de ocupación. En el centro de la ciudad, alguien lanzó una granada desde un piso de la Facultad de Ciencias Islámicas cuando un equipo de Al Jazira entrevistaba a un soldado de EEUU, de confesión musulmana.