El agregado de información de la delegación diplomática española en Bagdad y miembro del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), José Antonio Bernal Gómez, fue asesinado a tiros las 7.30 de la mañana de ayer, hora local, (una hora menos en España) a las puertas de su casa, en el barrio Mansur de Bagdad.

Según testigos, tres hombres descendieron de un coche y tomaron posiciones junto a la casa donde residía Bernal, en uno de los barrios más seguros de Bagdad. Dos pistoleros apuntaron con sus armas a guardas no armados de seguridad del barrio y les amenazaron con la muerte si interferían. Un agresor, que vestía como un clérigo shií y hablaba árabe con acento del sur de Irak, llamó a la puerta. Bernal, en cuanto abrió, reconoció al clérigo, le empujó para abrirse paso y huyó calle abajo. El español fue abatido a pocos metros de alcanzar una avenida transitada, lo que le habría dado mayores posibilidades de escapar. Cayó al ser alcanzado en la cabeza con un disparo. Los agresores le remataron antes de huir.

PROTECCION AUSENTE

Al principio, Exteriores pareció dar crédito a la tesis de un asalto común. Pero más tarde, un miembro del servicio de seguridad local que vigilaba la zona, precisó que Bernal "pareció reconocer a algunas de las personas que se presentaron en la residencia". Al parecer, este vigilante iraquí no tuvo oportunidad ni capacidad de evitar la agresión. Extrañamente, un guardaespaldas iraquí contratado por Bernal y que debía de encontrarse en la casa, se había ausentado de la misma antes de los hechos.

El funcionario recibió varios impactos de bala que le afectaron zonas vitales, de modo que el equipo médico norteamericano que acudió sólo pudo levantar el cadáver y trasladarlo al tanatorio.

Los servicios secretos españoles confirmaron que el fallecido, de 34 años, padre de una niña, pertenecía al CNI y procedía de la escala de suboficiales del Ejército del Aire. Su muerte es la segunda de un militar español registrada en la capital iraquí desde el final de la guerra. El 20 de agosto pasado perdió la vida en el atentado contra la ONU el capitán de navío Manuel Martín Oar, que se encontraba adscrito a la administración estadounidense en Bagdad.

La secretaria general de la central del espionaje español, Dolores Villanova, viajó a última hora de ayer a Bagdad en un Boeing de la Fuerza Aérea con el fin de repatriar el cadáver, de esclarecer en lo posible las circunstancias del asesinato y agilizar las investigaciones que pudieran llevar a la detención de los agresores. El cuerpo de Bernal aterrizará alrededor de las 19.30 horas en el aeropuerto militar en la base militar de Torrejón de Ardoz, cerca de Madrid. Nada más llegar a España, se celebrará un funeral militar en memoria del fallecido.

El padre del suboficial, que también es militar, dijo a Radio Nacional que su hijo era muy consciente del riesgo que corría y subrayó que murió en acto de servicio a España. Además, hizo hincapié en que, dentro del "dolor inmenso", quería reafirmar eso "para que los que se ponen detrás de una pancarta tengan a bien hablar primero con nosotros para ver lo que pensamos".

SIN PISTAS FIABLES

Por el momento, la unidad de investigación de delitos mayores de la policía de Bagdad, cuerpo que, en coordinación con el Ministerio del Interior, se encarga de la investigación, carece de pistas fiables sobre la autoría de la muerte de Bernal. Sin embargo, según fuentes españolas en la capital iraquí, la gran cantidad de testigos del asesinato "facilitará la labor de la policía iraquí".

La investigación será supervisada por funcionarios occidentales adscritos al Ministerio del Interior iraquí de la Autoridad Provisional de la Coalición (CPA), la máxima autoridad civil de los países ocupantes en Irak.

La muerte de Bernal plantea muchos interrogantes y por el momento muy pocas respuestas. Entre la colonia española en Bagdad nadie se explica porqué un especialista en temas de seguridad como Bernal abrió sin más la puerta a los agresores, vestido con pijama y sin calzado en los pies, cuando no esperaba visita.

TELEGRAMA DE PESAME

Los Reyes enviaron un telegrama de pésame a la familia del fallecido y todas las fuerzas parlamentarias expresaron sus condolencias. Durante la ceremonia de entrega del primer avión de combate europeo, el jefe del Ejército del Aire, general Eduardo González Galarza, rindió homenaje al fallecido. El ministro de Defensa, Federico Trillo, manifestó su tristeza por "este asesinato alevoso".