"Desastroso, es desastroso", susurra Zahra, una profesora jubilada de 60 años. "Los precios han subido mucho desde que Ahmadineyad es presidente. Ahora necesito tres veces más dinero para comprar lo mismo que hace cuatro años", añade alzando un poco más la voz.

Zahra está plantada frente a un puesto de verduras del mercado de Bagd Ferdos (Jardín del Paraíso, en farsí), al este de Teherán. Es una plazoleta a cielo abierto con varios puestos, no solo de verduras, sino también de hortalizas y frutas. Pertenece al Gobierno y los precios son más baratos que en supermercados o comercios privados.

"La economía del país está muy mal. Para mí, es el principal problema que tiene ahora Irán y creo que lo mismo opina la mayoría de la gente", sostiene la maestra. Según Ahmadineyad, la inflación es del 13%. Un dato que no coincide con las cifras del Banco Central, que la sitúan en un 24%.

Cifra de desempleo

Otra cifra preocupante es la del desempleo, alrededor del 12%. Aunque a Shahin, un ingeniero de 25 años, no le afecta, sí tiene muchos amigos sin trabajo. "Lo están pasando muy mal", señala, mientras sostiene en sus manos una bolsa de patatas. Afirma que hoy irá a votar y cuando se le pregunta por quién, responde con una larga sonrisa: "Evidentemente por Musavi", el candidato reformista.

Y lo mismo hará Mohamed, de 57 años, que se ha incorporado raudo a la conversación. De su bolsillo saca el recibo de la compra, donde especifica el precio que ha pagado por un kilo de tomates, 2.500 reales (unos 10 céntimos de euro). "Por eso vengo aquí. En un comercio privado es el doble".

Dos calles más allá está el colmado de Ahmed, un local bien surtido. Admite que el negocio no le va del todo bien, que las ventas han bajado porque los precios han subido mucho: "¿No es verdad que también se venden muchos menos coches en su país?".

Zepideh, una madre de familia, está comprando en una frutería cercana. "Mire, los precios hablan por sí mismos. No hay más que decir". A pesar de las buenas ofertas, dice que no compra en los mercados gubernamentales porque la calidad es mala. Zepideh no piensa ir a votar: "En realidad, el presidente ya está elegido".