El poder de los comunistas en Moldavia, antigua república soviética situada entre Rumanía y Ucrania, se tambalea por primera vez desde el 2001. El Tribunal Constitucional moldavo ordenó ayer el recuento de los votos de las elecciones parlamentarias del 5 de abril, que dieron un 50% de escaños al Partido Comunista, según la Junta Electoral Central (JEC). Los jueces ordenaron el recuento a petición del presidente de Moldavia, Vladimir Voronin, también miembro del Partido Comunista, en el poder desde hace ocho años. Las autoridades cedieron así a las violentas protestas de la oposición proeuropea que rechazó la victoria comunista y acusó al poder de fraude electoral.

ESTABLECER LA CALMA Voronin solicitó el recuento para "restablecer la calma" y evitar más disturbios después de que los manifestantes saquearan la semana pasada la oficina del presidente y el Parlamento. "El Constitucional ordena a la Junta Central Electoral que recuente dentro de nueve días todas las papeletas presentadas", dijo el presidente del tribunal Dumitru Publere.

Tal y como le exigió la oposición, la JEC revisará las listas de votantes. "Estos dos temas están estrechamente vinculados. No se puede hacer uno sin el otro", dijo Publere. Según los resultados definitivos, los comunistas lograron 60 de los 101 escaños, y necesitan 61 para formar Gobierno y elegir al presidente, lo que en Moldavia es responsabilidad de los diputados. En los comicios participaron también tres formaciones opositoras: el Partido Liberal (13,14% de los votos), el Partido Democrático Liberal (12,43%) y la alianza Nuestra Moldavia (9,77%).

CONTRA LOS ABUSOS Los manifestantes organizaron ayer una marcha pacífica antes de que el tribunal se reuniera, para denunciar "abusos a los derechos humanos" en Moldavia bajo el régimen comunista que prometió incorporar al país a la UE.