Tres kamikazes hicieron estallar ayer tres coches bomba en la localidad de Balad, situada al norte de Bagdad, y mataron al menos a 60 personas, la gran mayoría civiles y al parecer de confesión shií. Otras 100 resultaron heridas, según informó la policía iraquí. Estos atentados se producen dos días después de que tropas iraquís y estadounidenses abatieran a tiros a Abú Azam, considerado el número dos de Al Qaeda en Irak, grupo armado que dirige el terrorista jordano Abú Musab al Zarqaui.

Las tres explosiones se registraron de forma simultánea al caer la noche en el centro de la ciudad. Dos de los suicidas actuaron con apenas 10 minutos de intervalo junto a un mercado popular muy concurrido de la calle de Masraf, cerca de un banco y de la principal comisaría de policía de la ciudad. Entre los heridos se encuentran el jefe de policía de la localidad y tres agentes. Unos minutos después, el tercer kamikaze accionó la carga explosiva de su vehículo en el barrio de Bab al Sur.

BASE MILITAR En Balad, situada a 70 kilómetros de Bagdad, conviven sunís y shiís, aunque los atentados se registraron en zonas de población shií, comunidad a la que el grupo de Zarqaui tiene desde hace tiempo en el punto de mira. Esta localidad alberga también una base del Ejército de Estados Unidos.

Este atentado muestra la determinación de los grupos armados de incrementar sus acciones los días previos al referendo constitucional que celebrará Irak el 15 de octubre. Los electores deberán pronunciarse sobre el polémico borrador de la nueva constitución, apoyado por kurdos y gran parte de los shiís, pero rechazado de pleno por los sunís que, entre otras cosas, se oponen al proyecto de instaurar en Irak un estado federal.

Fuentes sunís denunciaron ayer que tropas estadounidenses asaltaron las viviendas de dos de sus dirigentes --a los que confiscaron armas-- y arrestaron a varios de sus guardaespaldas. En la operación, los estadounidenses utilizaron carros de combate y helicópteros. "Fue como si atacaran un castillo, no la casa de una persona que aconseja al Gobierno iraquí y que ha hecho un llamamiento a la reconciliación y a la renuncia del sectarismo", dijo ayer Adnán Dulaimi, secretario general de Conferencia del Pueblo Iraquí, uno de los principales partidos moderados sunís.

CAMPAÑA POR EL ´NO´ El otro dirigente suní afectado por la operación militar fue Harith Obeidi, destacado jefe del Partido Islámico Iraquí, el de mayor peso entre la comunidad suní. Ambas formaciones han pedido que se vote no en el referendo.

En el resto del país, la violencia se cobró la vida de al menos nueve personas, cuatro de ellas miembros de las fuerzas de seguridad iraquís. Los rebeldes acusan a la policía de colaborar con las tropas extranjeras.

La Iglesia anglicana, por su lado, denunció ayer la desaparición de cinco de sus miembros mientras se dirigían a Bagdad por carretera desde Jordania. Se teme que hayan muerto tras ser atacados en la zona de Ramadi y Faluya, feudos de la insurgencia.

BOMBA EN RAMADI Cinco soldados estadounidenses murieron ayer en Ramadi víctimas de la explosión de una bomba. Con estas muertes ya son 1.930 los militares de EEUU caídos en Irak. El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, acudió ayer al Senado para decir, ante el comité de las Fuerzas Armadas, que Al Qaeda es "la mayor amenaza" para EEUU en Irak.