Militares franceses y malienses han logrado este viernes imponerse a los rebeldes islamistas para retomar el control de la localidad de Diabaly, situada en el centro de Malí, el mismo día en que han llegado las primeras tropas de países africanos que se sumarán a la misión para intentar frenar el avance de los extremistas islámicos que controlan el norte del país.

Francia, que ha advertido que la presencia de los terroristas y rebeldes salafistas en Malí pone en riesgo la seguridad de los países africanos y occidentales, lleva ocho días de ataques aéreos para intentar frenar el avance de los insurgentes hacia el sur del país y derrotarlos.

"Los soldados están en la ciudad desarrollando operaciones de limpieza", ha explicado en conversación telefónica con Reuters el alcalde de Diabaly, Oumar Diakité. "Hay muchos vehículos incendiados que los islamistas han intentado esconder en los huertos", ha añadido.

Uno de los jefes del Ejército de Malí destacado en la vecina localidad de Markala ha indicado que las fuerzas terrestres ya están desplegadas en Diabaly, situada a unos 360 kilómetros al noreste de Bamako, aunque no ha podido confirmar si Diabaly, que fue tomada por los extremistas el pasado lunes, se encuentra ya controlada por las fuerzas militares.

La toma de Diabaly supondría la segunda victoria importante lograda por el contingente francés después de lograr que los islamistas abandonaran el jueves por la noche Konna, situada al norte de la localidad de Sevare, emplazada en el centro del país.

Dotados con armas obtenidas en Libia tras la caída en 2011 del régimen de Muamar Gadafi, los grupos islamistas vinculados con Al Qaeda en el Magreb Islámico, el grupo terrorista Ansar Dine y el Movimiento para la Unidad de la Yihad en África Occidental están resistiendo hasta el momento las ofensivas de los militares malienses y franceses.

El progreso de las tropas francesas y malienses está siendo lentos, según los residentes, porque los rebeldes se están refugiando en casas de civiles para evitar ser atacados.

A pesar de las amenazas de los milicianos que han anunciado que atacarán objetivos franceses en todo el mundo, Francia, que ahora mantiene desplegados en Malí unos 1.800 militares, se ha comprometido a mantener allí su contingente hasta lograr que la estabilidad vuelva al país africano.

Además de los 2.500 militares que va a desplegar Francia, está previsto que la Comunidad Económica de Estados de África Occidental envíe un contingente de unos 3.300 uniformados para luchar contra los extremistas.

Los primeros destacamentos de militares togoleses y nigeriano llegaron a Bamako el jueves. Los uniformados nigerinos y chadianos están por el momento destacados en el vecino Níger, a la espera de ser enviados a Malí para reforzar el despliegue africano.

El presidente nigeriano, Goodluck Jonathan, ha solicitado al Senado en una carta la aprobación del envío de una fuerza de 1.200 militares para luchar contra una amenaza que, según ha recalcado, afecta a toda la región occidental africana.

"Si la crisis en Malí no queda bajo control, podría extenderse a Nigeria y a otros países de África Occidental con consecuencias negativas para nuestra seguridad colectiva, la estabilidad política y los esfuerzos de desarrollo", ha indicado en su misiva. La Cámara Alta nigeriana ha dado su respaldo a ese envío de tropas a Malñi.

Los países africanos se han comprometido a aportar un contingente de unos 5.000 militares para luchar en Malí, de los cuales 2.000 son uniformados chadianos.

El jefe de Operaciones del Ejército maliense, el coronel Didier Daco, ha explicado que los islamistas están abandonando sus vehículos todoterreno porque les hacen más vulnerables en el desierto ante los ataques aéreos franceses y han optado por luchar escondidos entre la maleza y la vegetación.