No contento con insinuar que solo las armas pueden parar a Hillary Clinton, Donald Trump ha dado una nueva vuelta de tuerca en su espiral de polémicos comentarios contra el partido demócrata. Esta vez la víctima ha sido Barack Obama, a quien Trump ha acusado de ser el "fundador del Estado Islámico". Y no se ha olvidado de la candidata demócrata, de quien ha dicho es "cofundadora" del grupo terrorista.

Ha sido esta madrugada durante un mitin en Sunrise (Fort Lauderdale, Florida), cuando el candidato republicano a la Casa Blanca criticaba la gestión de Obama en la lucha contra elterrorismo internacional. En línea con el tono incendiario de sus últimos mítines ha soltado que "el Estado Islámico rinde respeto al presidente Obama", ante de añadir: "Obama es el fundador del Estado Islámico y diría que Hillary Clinton es la cofundadora". "Encerradla", coreaban los seguidores del magnate en alusión a Clinton.

También ha recibido los medios de comunicación de EEUU, a los que Trump ha acusado de estar "amañados" y de ser "tan deshonestos como la deshonesta Hillary Clinton". Y ha puesto como ejemplo su discurso del martes en Carolina del Norte, en el que el magnate hizo un llamamiento a los defensores de las armas para sugerir que solo ellos pueden parar a Clinton. Estas palabras han sido interpretadas como una incitación a la violencia. Lejos de arrugarse, Trump ha insistido: "Tenemos que proteger la segunda enmienda (la que recoge el derecho a las armas), está bajo acoso", ha afirmado.

ISLÁMICOS RADICALES

Trump también ha cuestionado la presencia en un mitin de Clinton del padre de Omar Mateen, el joven que perpetró una matanza en un bar gay de Orlando el pasado junio. "Le gusta Clinton porque ella no dice nada contra los islámicos radicales", manifestó Trump en alusión al padre de Mateen. La campaña de Clinton ha salido al paso afirmando que no habían invitado expresamente a Seddique Mateen al mitin, que era un acto abierto para el que se repartieron 3.000 entradas.

Desde Des Moines (Iowa), Clinton ha subrayado que Trump ha "cruzado una línea roja" y ha concluido sobre las últimas salidas de tono del multimillonario: "Cada uno de estos comentarios demuestran que Trump no tiene el temperamento para ser presidente de Estados Unidos". El candidato republicano llevará este jueves sus incendiarios mensajes a la ciudad de Kissimmee, también en Florida, donde tiene previsto otro acto de campaña.