A un mes de las elecciones, la crisis ha estallado en el Partido Republicano, a raíz del escándalo provocado por el vídeo del candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump. Los líderes más destacados del Partido Republicano han condenado con rotundidad las palabras ofensivas del empresario neoyorquino, al tiempo que siguen saliendo numerosos legisladores conservadores y nombres históricos de la formación han pedido su dimisión o le han retirado su apoyo.

Uno de los últimos ha sido el influyente senador John McCain, que fue candidato a la presidencia en el 2008. "El comportamiento de Trump esta semana que ha acabado con sus afirmaciones degradantes hacia las mujeres y sus jactancias de agresiones sexuales hacen imposible que se pueda apoyar su candidatura", afirmó McCain en un comunicado.

La exsecretaria de Estado Condoleezza Rice le ha pedido también que abandone la carrera presidencial y el actor y exgobernador de Caifornia Arnold

Schwarzenegger ha anunciado que no le votará. "Por primera vez desde que me convertí en ciudadano americano en 1983, no votaré al candidato republicano a la presidencia", ha dicho Schwarzenegger en un comunicado. E incluso su candidato a vicepresidente, Mike Pence, se ha distanciado. "No puedo defenderlo".

Trump tenía previsto viajar el sábado a Wisconsin y aparecer junto al presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Paul Ryan, por primera vez. Pero Ryan decidió sacar a Trump del acto y el magnate optó por quedarse en Nueva York preparando el debate presidencial de este domingo con Clinton.

Este fin de semana se le ha podido ver entrando en la Trump Tower de la Quina Avenida entre los aplausos de sus seguidores. Luego, a través de un tuit, en el que se ha mostrado desafiante tras conocecer un sondeo de 'Politico' que revela que un 74% de los electores registrados le apoya."Apoyo tremendo, excepto algún 'liderazgo' republicano. Gracias", ha escrito.

Además de Ryan, que ostenta el cargo político de mayor rango en el país para la bancada conservadora, se unieron las vocesdel presidente del Partido Republicano, Reince Priebus, o el líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell. También la del exgobernador de Florida, Jeb Bush, que hizo un tuit condenando "los reprobables comentarios de Trump degradando a las mujeres".

Más duro fue el golpe que le ha llegado desde la mormona Utah, cuyo gobernador, Gary Herbert, retiró su apoyo a Trump y avisó que no tiene ninguna intención de votarle en las elecciones de noviembre. "Las declaraciones de Trump, además de ofensivas, son despreciables. Si bien no votaré por Hillary Clinton, pero tampoco lo haré por Trump", apuntó Herbert.

También desde Utah, el exgobernador Jon Huntsman reclamó que Trump renuncie y que sea el gobernador de Indiana y aspirante republicano a vicepresidente, Mike Pence, quien "lidere la candidatura".

Ante la tormenta desatada, Trump divulgó pasada la medianoche un vídeo en su cuenta de Facebook en el que se disculpó, a su manera, por los comentarios."He dicho y hecho cosas de las que me arrepiento, y las palabras publicadas hoy en un vídeo que tiene más de una década son una de ellas (...). Ya lo he dicho: me equivoqué y pido disculpas", dijo Trump, que acto seguido citó los escándalos sexuales de los Clinton.

"Hay una gran diferencia entre las palabras y las acciones de otras personas. Bill Clinton ha abusado de mujeres y Hillary (Clinton) ha acosado, atacado, avergonzado e intimidado a sus víctimas", agregó Trump en una declaración leída.Trump y Clinton se verán las caras este domingo en San Luis (Misuri) en un debate que promete más tensión, si cabe, que el del pasado 26 de septiembre.