El candidato republicano a la Casa Blanca, el multimillonario Donald Trump, ha sido protagonista este martes de una nueva polémica al echar de uno de sus actos de campaña a un bebé que lloraba y a su madre, que intentaba sin éxito calmar al pequeño. En un primer momento, Trump, padre de cinco hijos, el más pequeño de 10 años, se dirigió a la madre en tono afable: "No te preocupes por el bebé. Amo a los bebés. Escucho a un bebé llorar y me gusta. Qué bebé. Qué hermoso bebé. No te preocupes, no te preocupes".

El magnate neoyorquino siguió con su mitin en Ashburn (Virginia)pero el llanto del pequeño no cesó y en menos de dos minutos el aspirante a la Casa Blanca cambió de opinión sobre el bebé. "En realidad solo estaba bromeando, puedes llevarte a este bebé de aquí", dijo, serio, entre algunas risas y tímidos aplausos.

Acto seguido se justificó ante la audiencia haciendo broma: "Me parece que la madre se ha creído que a mí me gusta que haya un bebé llorando mientras hablo. Está bien. No te preocupes. Hay gente que no entiende. Está bien".

TENSIÓN EN LAS FILAS REPUBLICANAS

El de Ashburn ha sido un acto algo accidentado ya que, aparte del bebé, dos grupos de manifestantes han sido expulsados de la sala.

Al candidato republicano se le acumulan los problemas desde que se enfrentó con los padres de un soldado estadounidense musulmán muerto en Irak, una actitud que le ha supuesto críticas desde sus propias filas por faltar al respeto a los veteranos de guerra, un colectivo muy querido en Estados Unidos.

El magnate ha dado un paso más en la lucha que mantiene con sus críticos dentro del partido republicano al rechazar dar su apoyo a la reelección del presidente de la Cámara Baja, Paul Ryan, y del prestigioso senador John McCain, dos auténticos pesos pesados de los republicanos.