Donald Trump no da tregua en la purga que ha emprendido tras perder las elecciones, una derrota que sigue sin aceptar y que está combatiendo con acusaciones infundadas de fraude. Este martes por su guillotina revanchista ha pasado Chris Krebs, el director de la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad (CISA) del Departamento de Seguridad Nacional, al que ha cesado fulminantemente via tuit.

Krebs, un antiguo ejecutivo de Microsoft y primer director de la CISA, creada en 2018, se ha encargado de garantizar la seguridad de las elecciones en coordinación con autoridades locales y estatales, ha puesto en marcha esfuerzos para combatir la desinformación y sistemáticamente y durante meses ha desmentido las acusaciones falsas de Trump sobre fraude. Lo hizo la semana pasada, cuando Seguridad Nacional decretó que estas elecciones han sido “las más seguras de la historia” de EEUU y se aseguró que “no hay pruebas de que ningún sistema borrara, perdiera o cambiara votos o se viera comprometido de ninguna manera”.

Poco después del tuit de Trump (etiquetado con una alerta por la red social) el secretario en funciones de Seguridad Nacional ha informado también al número 2 de la CISA de que la Casa Blanca forzaba su dimisión. Sumados esos dos ceses al de otros dos altos cargos de la agencia la semana pasada, Trump ha dejado de facto acéfalo el organismo que vela por la seguridad en el ciberespacio y las infraestructuras, un vacío especialmente problemático en el periodo de transición, durante el que se considera a EEUU más vulnerable a ataques.

Condena general

Aunque el propio Krebs auguraba desde hace meses que sería despedido por su negativa a aceptar las acusaciones de Trump contra la integridad del voto por correo y de las elecciones en general, su cese ha provocado numerosas muestras de condena.

“De todas las cosas que el presidente ha hecho esta es la peor”, ha dicho el senador independiente de Maine Angus King, que dirigió una comisión en la Cámara Alta para mejorar la ciberdefensa. “Golpear al corazón del sistema democrático es más de lo que hemos visto nunca de ningún político”.

John Mitnick, que fue abogado de Seguridad Nacional y también fue despedido el año pasado por Trump en una de sus purgas en la agencia, ha dicho que es “indignante pero no sorprendente”, acusando al presidente de “hacer un hábito de despedir a los que son competentes, tienen integridad y valor y defienden el estado de derecho”.

Hasta el senador republicano Ben Sasse ha asegurado que “Chris Krebs hizo un buen trabajo” y “obviamente no debería ser despedido”.

El propio Krebs solo ha contestado a su despido con un tuit desde su cuenta personal. “Honrado de haber prestado servicio. Lo hicimos bien. Defender hoy, asegurar mañana. #Protect2020”.