Donald Trump llegó a la presidencia de Estados Unidos con la promesa de limpiar la “ciénaga” de Washington pero lo que ha vuelto a tener que limpiar este sábado es su Administración. Via Twitter, Trump ha anunciado la dimisión de Ryan Zinke, secretario de Interior. Aunque el presidente ha agradecido el trabajo a un hombre que ha sido clave para su política de desregulación medioambiental e impulso a los combustibles fósiles, la Casa Blanca llevaba semanas exigiendo esa dimisión a Zinke, sujeto a 15 investigaciones por conflictos éticos.

Tras las dimisiones del secretario de Sanidad Tom Price, el de Asuntos de Veteranos David Shulkin y el jefe de la Agencia de Protección Ambiental Scott Pruitt, son ya cuatro los altos cargos de la Administración Trump forzados a abandonar el gobierno bajo sombras de conflictos éticos y de interés. Y aunque Trump tiene previsto cambiar otros miembros del gabinete de cara a la segunda mitad de su mandato, se ha deshecho de Zinke ante la posibilidad de que fuera investigado por el Congreso cuando los demócratas tomen el control de la Cámara Baja en enero.

Zinke está en el ojo del huracán, entre otras cosas, por usar vehículos, fondos y protección oficiales para sus viajes y los de su esposa. También por bloquear la construcción de dos casinos de tribus indias en Connecticut tras haber estado con lobistas del gigante MGM. Su mayor problema, no obstante, es una investigación remitida ya al Departamento de Justicia que estudia un acuerdo inmobiliario beneficioso para su familia con el presidente de Halliburton, la mayor compañía de servicios petroleros de EEUU, a la que benefician políticas adoptadas por Zinke como la retirada de protecciones en tierras federales y en alta mar que permiten nuevas perforaciones.