Donald Trump ha expresado su oposición a retirar la estatua del expresidente de EEUU Theodore Roosevelt frente al Museo de Historia Natural de la ciudad de Nueva York. La medida se anunció el domingo y se produce en medio de protestas contra el racismo en todo el país después del asesinato de George Floyd a manos de la policía de Minneápolis.

La estatua muestra a Roosevelt en un caballo, con un hombre nativo americano y un hombre africano a su lado. Muchos consideran que la efigie simboliza la discriminación racial y la expansión colonial. El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, dijo el domingo que la ciudad estaba a favor de la solicitud del museo de retirar la estatua porque "representa a los negros e indígenas como subyugados y racialmente inferiores".

"Ridículo, no lo hagas", escribió Trump en un tuit. "La desquiciada mafia de izquierdas está tratando de destrozar nuestra historia, profanar nuestros monumentos, nuestros hermosos monumentos, derribar nuestras estatuas y castigar, cancelar y perseguir a cualquiera que no se ajuste a sus demandas de control absoluto y total. No estamos conformes", afirmó el presidente a sus seguidores durante un mitin la semana pasada.

Preservar el legado histórico

En este sentido, la ministra de Exteriores de España, Arancha González Laya, ha afirmado que está trabajando con las autoridades norteamericanas para "rebajar la tensión" a raíz de los ataques a estatuas de personajes históricos españoles en Estados Unidos, y ha apostado por "mejorar el conocimiento del legado hispánico" en ese país.

Laya, en declaraciones a la COPE, se ha referido a sucesos en ciudades como San Francisco, donde, en medio de la ola de protestas raciales que vive el país, unos manifestantes derribaron una estatua del misionero fray Junípero Serra e hicieron pintadas en otra de Miguel de Cervantes, después de que se retirara una de Cristóbal Colón.

"Hay dentro de este movimiento una rabia muy grande por un parte de la sociedad estadounidense que está rebelándose contra una discriminación racial y una falta de igualdad", aspectos donde "probablemente haya cosas que cambiar". "Son heridas en la democracia", ha agregado la ministra.

Dentro del movimiento, ha apuntado, se está produciendo un cuestionamiento del legado histórico de EEUU que no solo afecta a Cervantes o Colón, sino también a personajes como George Washington o Theodore Roosevelt, cuando a "muchos de ellos" la ministra "no los asociaría con discriminación racial".