El presidente estadounidense, Donald Trump, presionó al primer ministro australiano, Scott Morrison, para facilitar la investigación del fiscal general William P. Barr que según la Casa Blanca podría desacreditar la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre la injerencia rusa en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016, según ha revelado este lunes The New York Times. El diario, que se apoya en el testimonio de dos fuentes oficiales anónimas, afirma que la llamada se produjo en las últimas semanas y que en la misma Trump pidió ayuda explícitamente a Morrison. Además, clasificó el documento de la transcripción de la llamada para que solo un reducido número de personas tuviera acceso a ella, una estrategia similar a la que desarrolló con las llamadas al presidente de Ucrania que han provocado el inicio de un proceso de destitución en el Congreso ('impeachment').

La conversación, según el diario estadounidense, "muestra hasta qué punto Trump ve al fiscal general como un socio crítico en su objetivo para mostrar que la investigación de Mueller tiene orígenes partidistas y corruptos, y hasta qué punto Trump ve la investigación del departamento de justicia como un medio potencial de ganar influencia sobre los aliados más próximos de EEUU (...) y para sus intereses políticos personales".

Lista de países

Barr habría pedido a Trump que hablara con Morrison, según una de las fuentes, porque Australia habría informado al FBI estadounidense de que el Gobierno ruso insinuó a la campaña de Trump que podría publicar información dañina para su rival, Hillary Clinton.

El diario explica también que Barr viajó a Italia la semana pasada para entrevistarse con funcionarios italianos a los que habría preguntado sobre su cooperación para filtrar documentos relacionados con las elecciones del 2016. Es decir, según el rotativo, si los italianos habían tenido algo que ver con el filtrado de información que pudiera beneficiar o perjudicar a Trump. O también, si como sugiere la propaganda republicana, si la administración Obama había enviado al político australiano Alexander Downer a espiar en la campaña de Trump para ayudar a que ganara Hillary.

El rotativo también comenta que Barr había asistido a la cena que Trump dio al premier australiano en la Casa Blanca hace un mes y que el presidente estaba muy contento de que su fiscal "hubiera decidido investigar" al Reino Unido, Australia y Ucrania, de los que sospechaba que habían intentado sabotear su elección, y por ello le había dado amplios poderes para acceder a información clasificada que pudiera desmontar los argumentos de Mueller.