Dzhokhar Tsarnaev, el sospechoso de los atentados de Boston, se encuentra en "estado grave, pero estable, aunque aún no es capaz de comunicarse", según ha indicado el gobernador de Massachusetts, Deval Patrick.

En una entrevista con la prensa en el Fenway Park, donde se jugaba un partido de béisbol de los Red Sox (Medias Rojas), convertido en símbolo de vuelta a la normalidad en Boston, Patrick ha dicho que el joven de 19 años "aún no puede hablar".

"Esperamos que sobreviva porque tenemos millones de preguntas", ha asegurado Patrick, que espera que pronto se pueda iniciar la siguiente fase de este caso con los primeros interrogatorios a Dzhokar, que junto con su hermano de 26 años, Tamerlan, supuestamente planeó y ejecutó el peor atentado de la historia de Boston.

Dzhokar fue trasladado ayer al hospital Beth Israel de Boston para ser tratado de heridas que supuestamente sufrió en su huida en la noche del jueves al viernes y que le llevaron a ocultarse en un barco de recreo en el patio trasero de una casa en Watertown, al oeste de Boston. Tras casi una hora de negociación y varios intercambios de disparos con la imponente fuerza de grupos de elite de agencias federales, policía estatal, equipos SWAT de Boston y Guardia Nacional, Dzhokar se entregó malherido.

Interrogatorio sin lectura de derechos básicos

El FBI y la CIA interrogarán a Dzhokhar sin leerle por ahora sus derechos básicos, haciendo uso de una excepción en las normas de la justicia estadounidense. Fuentes del Departamento de Justicia de EEUU han dicho a varios medios estadounidenses que por el momento no informarán a Tsarnaev sobre derechos como el de no hablar con la policía sin un abogado, que se conocen como 'Miranda rights'.

El sospechoso será interrogado por un "grupo de alto nivel" formado por miembros del FBI y la CIA que se encarga de los casos de terrorismo, según ha indicado un funcionario estadounidense al diario Politico. La excepción sobre la "seguridad pública" permite "a los agentes de seguridad iniciar un interrogatorio limitado y centrado en un objetivo sin aviso previo, y permite al Gobierno utilizar la declaración como una "prueba directa" en una investigación, según la página web del Buró Federal de Investigaciones (FBI).

"Los funcionarios de policía que enfrenten situaciones que creen un peligro para ellos mismos u otros pueden hacer preguntas diseñadas para neutralizar la amenaza sin dar antes un aviso a otros", indica el FBI.

Combate enemigo

Aunque la excepción existe desde 1984, el Gobierno de Barack Obama modificó en el 2011 las reglas para permitir largos interrogatorios de los sospechosos de terrorismo antes de que se les lean sus derechos a permanecer callados, de acuerdo con el diario 'Wall Street Journal'.

El influyente senador republicano Lindsey Graham ha reclamado que, si se capturaba al presunto terrorista, el Gobierno considerara "mantener al sospechoso de Boston como un combatiente enemigo con el objetivo de reunir (información de) inteligencia". "Lo último que queremos hacer es leerle al sospechoso de Boston sus derechos 'Miranda', diciéndole que "se quede callado"", ha escrito Graham en su cuenta de Twitter.