El primer ministro griego, Alexis Tsipras, se somete esta noche a voluntad propia a un voto de confianza en el Parlamento con el objetivo de fortalecer su posición ante el triple desafío electoral en Grecia: las elecciones europeas y regionales del 26 de mayo, seguidas de las elecciones legislativas griegas, programadas para octubre.

Como era de esperar, al menos 152 diputados de los 300 en la Asamblea votarán a favor del Gobierno de Tsipras. "Solicito la confianza del Parlamento y del pueblo de Grecia para el 26 de mayo con el objetivo implementar en los próximos cuatro años un plan de recuperación social", ha anunciado el líder griego en el Parlamento antes de su partida para la cumbre europea de Sibiu, en Rumanía.

La iniciativa del primer ministro -se trata del segundo voto de confianza del año- se produce después de que la oposición conservadora intentara censurar al viceministro de Salud, Pavlos Polakis. Tras cuatro años en el poder, el líder del partido de izquierda, Syriza, encabeza las encuestas -con una ventaja de al menos el 5%- frente a su principal oponente, Kyriakos Mitsotakis, líder del partido de derecha Nueva Democracia para las próximas elecciones legislativas.

"El voto en las elecciones europeas y locales en principio se considera un voto secundario en comparación con el voto nacional", ha dicho Thanassis Diamantopoulos, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Pantion en Atenas. Y añade que "esta vez, los comicios europeos son casi tan decisivos para Grecia con los otros comicios".

ESCUDO CONTRA LA EXTREMA DERECHA

Mientras tanto, Tsipras, cuyo mandato finaliza en octubre, busca capitalizar el "desarrollo" económico del país bajo su supervisión, ya que el país emerge lentamente bajo el peso de años de medidas de austeridad paralizantes. El martes, anunció un paquete de alivio fiscal y asistencia a los jubilados, un gesto de seducción del electorado cansado de los recortes. La oposición describió estas medidas como "oportunismo político" cuyo objetivo es solo "recomprar" los votos.

A pesar de la recuperación de la economía desde el 2017 y la mejora de los resultados macroeconómicos, los griegos están luchando por salir de una profunda recesión y una tasa de desempleo del 18%, la más alta de la zona euro. Elegido por primera vez en enero del 2015, Tsipras, de 44 años, es acusado por la oposición de "traicionar" a su electorado después de ser forzado a abandonar sus promesas preelectorales de poner "fin de la austeridad".

Como uno de los pocos líderes de izquierda actualmente en la UE, Tsipras basó su campaña electoral en el apoyo de las "fuerzas progresistas" que servirían de "escudo" contra la extrema derecha. El movimiento de Syriza hacia el centro políticos quedó reflejado en el cambio de nombre del partido, ahora llamado Syriza-Alliance Progressive. Algunos diputados del Movimiento de Cambio -el expartido socialista Pasok- y su exaliado nacionalista Anel -los independientes- se han unido también a las filas de Syriza, al igual que el pequeño partido de Izquierda Democrática, Dimar.