Un ciudadano turco convertido al cristianismo secuestró ayer durante más de dos horas un avión de la compañía Turkish Airlines que viajaba entre Estambul y Tirana, y al que obligó a aterrizar en la ciudad italiana de Brindisi. A última hora de la tarde, el secuestrador, identificado como Hakan Ekinci, decidió rendirse a la policía, según un portavoz de la aviación civil. Eso sí, antes de salir del aparato, pidió "disculpas" a los pasajeros por lo ocurrido.

Los 107 pasajeros y los seis miembros de la tripulación que iban a bordo abandonaron el avión sanos y salvos. No obstante, al cierre de esta edición no estaba del todo claro el motivo del secuestrador.

Lo único que parecía confirmado es que pretendía hacer llegar un mensaje al papa Benedicto XVI. Según fuentes del aeropuerto, el pirata aéreo, que no llevaba armas, aseguró que con el secuestro no pretendía protestar contra la próxima visita del Pontífice a Turquía, como se informó al principio. El Vaticano confirmó anoche que el viaje del Papa a Turquía se mantiene.

Ekinci, de 30 años, desertor del servicio militar en el Ejército turco, quería pedir ayuda a Benedicto XVI para obtener asilo político en Italia.

´BLOG´ EN INTERNET El individuo, un musulmán que se convirtió al cristianismo en 1998, no especificó el tipo de ayuda y dijo que lo había dejado escrito en un blog en internet. En agosto, Ekinci ya había escrito una carta al Papa para que le ayudara a librarse del servicio militar en el Ejército turco.

El secuestro se inició cuando el aparato sobrevolaba Grecia y, a los pocos minutos, se colocaron a su lado cuatro aviones F-16 griegos.