Tras la humillante derrota sufrida el sábado, cuando una petición gubernamental para permitir el paso de 62.000 soldados de EEUU por territorio turco no recibió suficientes apoyos en el Parlamento, las autoridades de Ankara se esforzaron ayer en enviar mensajes conciliadores a Washington e intentar restañar las heridas que la decisión parlamentaria pueda ocasionar a su alianza estratégica y militar con EEUU, forjada durante décadas.