El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, convenció ayer en Bruselas a las autoridades comunitarias de la decidida voluntad reformista de su Gobierno para cumplir los requisitos políticos de democracia efectiva y de respeto de los derechos humanos, exigidos por la Unión Europea (UE) para poder iniciar las negociaciones de adhesión.

La ofensiva diplomática de Erdogan logró disolver en sólo unas horas la tensión política acumulada en las últimas semanas entre Ankara y la Unión Europea. Erdogan anunció a la Comisión Europea y, posteriormente, a la Eurocámara que el Parlamento turco votará el domingo en una sesión extraordinaria las reformas del Código Penal, del Código Civil y del tribunal de Apelación, y que después completará la tramitación de las reformas de las leyes de procesales.

Erdogan aseguró, además, que "no existe ni ha existido ningún artículo que penalice el adulterio" en el proyecto del Gobierno y que sólo fue una enmienda que no fue retenida.

SOLUCION El comisario de la Ampliación, Günter Verheugen, anunció tras la reunión que habían logrado "encontrar una solución a todos los problemas que quedaban pendientes" y que podría hacer una recomendación "muy clara" en favor del inicio de las negociaciones de adhesión con Turquía.