Demacrado, vestido con unos vaqueros y un jersey azul y enarbolando una vieja edición de la revista Time donde aparece saludando a Juan Pablo II, el turco Alí Agca recuperó ayer la libertad tras un encierro de 25 años en cárceles de Italia y Turquía. El 13 de mayo de 1981, Agca intentó asesinar al Papa en la plaza de San Pedro y cumplió 19 años de condena en Italia, de donde fue extraditado a su país y encarcelado otra vez por el asesinato de un periodista en 1979. Su salida de la cárcel obedece a una reducción de pena.

No habían pasado dos horas desde que el criminal ultranacionalista saliera de la prisión de alta seguridad de Kartal, en Estambul, cuando el Gobierno turco pidió revisar su expediente y el ministro de Justicia, Cemil Cicek, aventuró la posibilidad de que Agca vuelva a la cárcel.

Las dudas sobre la correcta aplicación de las leyes de amnistía y reducción de penas fueron alimentadas por el antecesor de Cicek, Hikmet Sami Turk, y por los abogados de la familia de Abdi Ipecki, el periodista en cuyo asesinato Agca actuó como cómplice. El exministro de Justicia, responsable de esa cartera cuando fue aprobada una de las leyes que han permitido la liberación anticipada de Agca, declaró ayer que Agca tendría que permanecer en prisión por lo menos hasta el 2012.

SERVICIO MILITAR Pero ésta no es sino una de las muchas preocupaciones que acompañan a Agca, de 48 años. Tras salir de la cárcel, Agca fue trasladado a una oficina de reclutamiento militar, donde tenía que resolver el problema del servicio obligatorio que todavía no ha cumplido. "Pedimos que su servicio militar sea aplazado", declaró su abogado, Mustafá Dermibag. "Cualquier persona que haya pasado 25 años en la cárcel necesita un tiempo de libertad". Agca se dirigió luego al hospital militar de Gata, donde todos los reclutas son sometidos a examen antes de sumarse a filas.

El criminal turco fue detenido justo tras haber disparado sobre el Papa, pero, 25 años después, aún no se sabe quién ordenó el asesinato. "El Gobierno turco debe garantizar la seguridad de Agca, pues conoce tantos secretos que podría ser asesinado", declaró ayer el exjuez italiano Ferdinando Imposimato. La portada de Time que blandía ayer el turco decía: "¿Por qué perdonar?".