El mayor incidente sufrido hasta ahora por el avión más grande del mundo, el A-380, se produjo por un problema en el motor idéntico al detectado hace tres meses en otros aparatos que utilizaban el mismo reactor Trend 900 que fabrica Rolls-Royce. Un informe de la Agencia Europea de Seguridad Aérea, de la Unión Europea, con fecha del pasado 3 de agosto, advirtió de la "potencial inseguridad" de estos reactores después de haber ocasionado "varios" incidentes. No es, pues, la fiabilidad del buque insignia de la constructora europea Airbus lo que está en cuestión, sino los motores del fabricante británico concebidos para el coloso aéreo.

Ayer, un día después del aterrizaje forzoso del A-380 de Qantas en Singapur con 440 pasajeros a bordo, otro avión de la misma compañía australiana se vio obligado a tomar tierra de forma urgente en el aeropuerto asiático. Esta vez se trataba de un Jumbo de Boeing, la competencia norteamericana de Airbus, también con destino a Sídney. Según los testimonios de algunos de los 412 pasajeros, el motivo del incidente fue similar: el incendio de uno de sus motores, también fabricado por Rolls-Royce, aunque no se trata del mismo modelo.

PETICIONES DE REVISION Un responsable de Qantas precisó que los incidentes no podían atribuirse a un problema de mantenimiento de los aparatos y apuntó directamente a un fallo de los reactores. Ayer, tanto Airbus como Rolls-Royce llamaron a las compañías aéreas a revisar el funcionamiento de los motores Trend 900, utilizados por dos tercios de los 37 aviones A-380 en servicio en todo el mundo.

Desde que la constructora europea entregara el primero de sus mastodontes volantes, en el 2007, a Singapore Airlines --posee 11 aparatos-- otras tres compañías operan con este avión emblemático de la industria aeronáutica europea: Lufthansa, Emirates y Air France. Las dos últimas --cuyos aviones no tienen motores de Rolls-Royce-- han mantenido sus planes de vuelo y las otras han sufrido algún retraso a causa de las revisiones suplementarias, mientras que Qantas decidió dejar a sus seis A-380 en tierra hasta conocer el origen del problema. Ya establecido que se trata de revisar los motores, optó por reanudar su programación en las próximas horas.

De momento, después de sufrir importantes pérdidas en la bolsa el jueves como consecuencia de la caída de las acciones de EADS --a la que pertenece Airbus-- la constructora europea muestra confianza. La empresa sostiene que las compañías que han encargado el A-380 no han expresado ninguna inquietud y el ritmo de entrega de los aparatos --se han encargado 200-- no se ha visto modificado. El desarrollo de cada aparato, que puede recorrer 15.200 kilómetros sin escalas, tiene un coste de 17.000 millones de dólares.

"El hecho de que sobreviviera a los daños la explosión y posterior incendio y desprendimiento de una parte del motor del A-380 de Qantas hay que ponerlo en el haber del diseño. Hace 20 años eso probablemente habría sacado al avión del aire", dijo John Page, experto en ingeniería aero- espacial. "El avión está funcionando del modo en que se supone que debe hacerlo", dijo el jefe de ventas de Airbus, John Leahy, tras firmar en París un contrato de 10.000 millones de euros por la compra de diferentes modelos de aviones por parte de China, cuyo presidente, Hu Jintao, realiza una visita oficial a Francia.

Ayer, además, anunció la primera venta del avión militar A-400M por 8.400 millones de euros. La OCCAR, organismo de defensa en el que participan Alemania, Francia, España, Reino Unido, Turquía, Bélgica y Luxemburgo comprará 50 unidades de este avión.