Los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete acordaron ayer que la Unión Europea (UE) asuma el liderazgo mundial para combatir el cambio climático antes de que adquiera proporciones catastróficas.

Los líderes de la UE consensuaron durante la primera jornada de la cumbre europea en Bruselas las líneas básicas de un ambicioso plan de acción para reducir las emisiones de los gases responsables del calentamiento del planeta.

La presidencia alemana negociaba anoche diferentes fórmulas para que Francia, Finlandia, los estados más pequeños y la mayoría de los países del Este dejaran de oponerse a que se estableciera como objetivo obligatorio la obtención del 20% de la energía europea de fuentes renovables en el 2020.

Este era el único punto relevante del plan en el que anoche seguía sin haber acuerdo, y es crucial para dar credibilidad a la iniciativa climática europea.

El plan de acción de la UE se fija como objetivo lograr una reducción de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y de los otros gases del efecto invernadero en los países industrializados del 30% en el 2020, en comparación con su nivel de 1990. Para facilitar ese acuerdo internacional tras el actual Protocolo de Kioto, los líderes adoptaron el "firme compromiso" de que la UE reduzca como mínimo el 20% sus emisiones de gases en el 2020, aunque no exista ese pacto internacional.

Frenar la temperatura La UE quiere además promover un compromiso mundial para reducir las emisiones de gases entre el 60% y el 80% en el horizonte del 2050.

Estos esfuerzos globales son imprescindibles para evitar que la temperatura mundial aumente más de 2 grados centígrados de media respecto a su nivel preindustrial porque, si no, el cambio climático adquirirá una dimensión desastrosa.

El plan de la Unión Europea se compromete a lograr esos ambiciosos objetivos situándose en el horizonte del 2020 con un ahorro del 20% del consumo energético, la obtención del 20% de la energía de fuentes renovables y el uso de un mínimo del 10% de biocarburantes.

Para que los países nucleares, como Francia y Finlandia, acepten que el objetivo de energías renovables sea obligatorio, la cancillera alemana, Angela Merkel, propuso incluir en el texto que en el reparto del esfuerzo entre los estados se tendría en cuenta "los otros planes" de cada país para reducir las emisiones de gases.

Ambos países En el documento también se incluiría que se tendría "debidamente en cuenta el porcentaje de otras fuentes de energía de bajo carbón". La fórmula reconoce el peso de la energía nuclear y evita que ambos países deban realizar elevadas inversiones adicionales en energías renovables.

Para atender las quejas de los países del Este y los pequeños estados, Merkel ofreció incluir además que se tendrá en cuenta en el reparto nacional del esfuerzo "las especificidades de los estados, como su limitado potencial para generar energía renovable o su alto grado de dependencia en la importación de energía".

Como último recurso para vencer las resistencias, Merkel barajaba la posibilidad de condicionar el objetivo obligatorio a "una cláusula de revisión a medio plazo".