El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, advirtió ayer a la República Checa que si no entra en vigor el Tratado de Lisboa, que su presidente está bloqueando desde hace más de seis meses, corre el riesgo de quedarse sin representante nacional en el nuevo Ejecutivo comunitario. "La única garantía de que la República Checa tenga un representante en la próxima Comisión Europea es que entre en vigor el Tratado de Lisboa, porque con el actual tratado el número de comisarios debe ser inferior al de estados miembros", señaló Barroso tras reunirse con el primer ministro checo, Jan Fischer.

El Gobierno checo, explicó Fischer, propondrá una declaración política que satisfaga las exigencias del presidente checo, Vaclav Klaus, sobre la exclusión de la aplicación en el país de la Carta de Derechos Fundamentales.