«El brexit es como subir una montaña. Necesitamos vigilancia, determinación y paciencia», resumió ayer el negociador jefe de la UE, Michel Barnier, a la salida de su reunión con el secretario de Estado británico, Steve Barclay. El encuentro ha devuelto una cierta esperanza y ha sentado las bases para intensificar los contactos antes de la cumbre del 17 y 18 de octubre. «Intensificaremos las discusiones técnicas con el Reino Unido durante los próximos días con espíritu constructivo y continuaré informando al Parlamento Europeo y a los estados miembros. La UE hará todo lo posible por un acuerdo en línea con nuestros principios», anunció el político francés tras informar a los 27 embajadores permanentes de la UE del resultado del encuentro. La UE había dado de plazo a Londres hasta ayer para presentar nuevas propuestas. «Hace una semana le dije (a Boris Johnson) que si no había propuestas para hoy anunciaría públicamente que no habría más oportunidades para un acuerdo en el próximo Consejo», explicó desde Nicosia el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.

Este ultimátum no se produjo. El motivo: el giro inesperado durante el encuentro del jueves entre el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, y su homólogo británico, Boris Johnson, que permitió insuflar nuevas ilusiones a una negociación que a principios de semana parecía al borde del colapso. Ambos emitieron un comunicado en el que aseguraban «ver un camino hacia un posible acuerdo» lo que, a juicio de Tusk, son «señales prometedoras».

La reunión de ayer entre Barnier y Barclay, descrita por ambas partes como «constructiva», confirmó que la UE no tira la toalla y que sigue existiendo un pequeño margen para un acuerdo. «Hay elementos que permiten continuar los esfuerzos para buscar un resultado positivo», valoraron fuentes diplomáticas tras autorizar a Barnier a intensificar las negociaciones. «Hay que utilizar la más mínima oportunidad» porque «un brexit sin acuerdo nunca será la elección de la UE», dijo Tusk. La intención de ambos equipos es celebrar discusiones técnicas durante el fin de semana y hacer un balance el lunes, antes del Consejo de Asuntos Generales del martes. La UE avisó de que su posición no ha cambiado: «Tiene que haber una solución legalmente operativa que evite una frontera dura en la isla de Irlanda, que proteja la economía de la isla y el Acuerdo de Viernes Santo, y que salvaguarde la integridad del mercado único», agregó la Comisión Europea en un comunicado.