La Unión Europea (UE) optó ayer por priorizar la vía diplomática para resolver el recrudecimiento de la guerra en la zona oriental del Congo y descartó, de momento, el envío de una fuerza militar europea a la región de Kivu. El ministro de Asuntos Exteriores francés, Bernard Kouchner, en nombre de la presidencia de la UE, se desplazó a la zona acompañado del ministro de Asuntos Exteriores británico, David Miliband, para consolidar el alto el fuego y asegurar la ayuda a los desplazados.

La presidencia francesa de la UE y Bélgica defendieron en la reunión del Comité Político de Seguridad la conveniencia de enviar un contingente de tropas europeas en una misión humanitaria a la zona para reforzar a las fuerzas de la ONU y proteger a los civiles y desplazados en el área de Goma. Bélgica había propuesto el envío de 1.500 a 2.000 soldados europeos y Francia se había mostrado favorable a un contingente de 400 a 1.500 soldados para apoyar a la ONU.

RECHAZO GENERAL Pero la inmensa mayoría de los 27 embajadores, encabezados por Gran Bretaña, España y Alemania, consideraron en la reunión prematuro o innecesario el envío de una misión militar europea al Congo. Por ello, la UE optó finalmente por reforzar su ofensiva diplomática para resolver políticamente la crisis.

Ajenas a todo, 50.000 personas ya han tenido que huir a la fuerza de los campos de refugiados cercanos a la ciudad de Rutsuru ante la presencia de las tropas rebeldes del cabecilla Laurent Nkunda. Algo similar ha sucedido en Kibati, donde 45.000 desplazados deambulan sin rumbo.