La alta representante de la UE, Catherine Asthon, se mostró hoy "preocupada" por la condena a 100 latigazos de una niña en las Islas Maldivas por mantener relaciones sexuales prematrimoniales tras ser violada por su padrastro, y apoyó la petición del Gobierno de este país para retirar la sentencia.

En un comunicado, Ashton rechazó toda sentencia en forma de castigo físico, y señaló que si éste se inflige a un menor es "incluso aún más cruel e inhumano".

La jefa de la diplomacia europea destacó que se trata de "una supuesta víctima de abusos sexuales de larga duración", y añadió que infringir castigos corporales a las víctimas de estos delitos "supone una contradicción directa" con las obligaciones internacionales de Maldivas.

Ashton "tomó nota" de la declaración realizada por el Gobierno del archipiélago, en la que éste "expresaba su preocupación por el caso y urgía que la acusación y la sentencia sean retiradas".

La menor fue acusada el pasado junio después de que su padrastro fuera imputado por la policía de violarla y matar a un bebé que había tenido con ella y que apareció enterrado en su casa en la isla de Feydhoo en el norte del país insular.

La menor de edad también fue condenada ayer a ocho meses de arresto en un centro de menores, y recibirá los latigazos cuando cumpla los 18 años.

El padrastro está acusado de abusos sexuales de menores, posesión de pornografía y asesinato premeditado, pero el juicio contra él todavía no ha sido celebrado.

La madre esta imputada a su vez de encubrimiento de asesinato y violación.

Sin embargo, la niña fue juzgada por mantener relaciones sexuales antes del matrimonio, un delito en el país islamista del océano Índico, que mezcla la ley de la sharia con elementos del derecho inglés.