Ningún gobierno europeo quiere ser quien termine empujando al Reino Unido por el precipicio, fuera de la Unión Europea, el próximo 29 de marzo. Los 27 parecen dispuestos a hacer un último intento y conceder a la primera ministra británica, Theresa May, la «prórroga corta» que ha pedido para tratar de convencer al parlamento británico de que apruebe in extremis la próxima semana el plan del brexit. Sin embargo, ese aplazamiento estará condicionado a la aprobación del pacto en Westminster y no podría ir más allá del 22 de mayo, vísperas de las elecciones al Parlamento Europeo que se celebran entre el 23 y 26 de mayo.

«El Consejo Europeo se compromete a acordar, antes del 29 de marzo de 2019, una extensión hasta el 22 de mayo, a condición de que el acuerdo de salida sea aprobado en la Cámara de los comunes la próxima semana. Dado que el Reino Unido no tiene intención de celebrar elecciones al Parlamento Europeo la extensión no será posible más allá de esa fecha», señala el borrador inicial sobre el que han empezado a negociar los líderes de los 27 Estados miembros en el Consejo Europeo que se celebra ayer y hoy en Bruselas. «La extensión más larga que podemos acordar sería hasta antes de las elecciones europeas. A partir de esa fecha es imposible», avisaba a su llegada a la cumbre el primer ministro luxemburgués, Xavier Bettel.

La discusión sobre la respuesta a la carta remitida el miércoles por la primera ministra británica, en la que pedía una prórroga técnica hasta el 30 de junio, arrancó entorno a las cinco y media de la tarde con un tercer grado a Theresa May que se prolongó durante hora y media, debido al bombardeo de preguntas que recibió. Según fuentes de la UE, May se mostró «evasiva» y no supo precisar qué ocurrirá si fracasa en su intento de que el parlamento avale, a la tercera, el acuerdo.

Poco después, los 27 se ponían manos a la obra, con una sensación de pesimismo, para redactar su respuesta al Gobierno británico. Una discusión más larga de lo previsto que, ante la falta de acuerdo, los 27 optaron por continuar durante la cena de trabajo. Y es que varias delegaciones, Francia y Bélgica según Reuters, habrían propuesto fijar el 7 de mayo como fecha tope, dos días antes de la cumbre de Sibiu (Rumanía) sobre el futuro de Europa. Otras delegaciones, mientras tanto, serían partidarias de dejar la fecha abierta.

‘NO’ A RENEGOCIAR / La intención de los 27 es volver a recordar que el acuerdo de divorcio, cerrado en noviembre de 2018, no puede ser renegociado y que cualquier declaración o acuerdo unilateral al margen del pacto -como un compromiso por ejemplo con el DUP norirlandés- deberá ser «compatible» con el mismo. Los líderes son conscientes, en todo caso, de las dificultades que tendrá May e insisten en que los preparativos de los planes de contingencia deben continuar.

Y es que aunque la primera opción de los 27 sigue siendo esquivar un divorcio a las malas tienen cada vez más claro que sin un acuerdo la próxima semana la UE avanzarán hacia un brexit caótico. «Tenemos que ser claros. Podemos discutir y acordar una prórroga técnica en caso de un voto positivo» pero «en caso de un no directamente nos guiará a todos a un no acuerdo. Todos lo sabemos», avisa el presidente de Francia, Emmanuel Macron.

Francia mantiene una de las posturas más duras en relación al brexit y en las últimas semanas ha dejado claro que sin un plan claro no darán luz verde a ninguna prórroga.