Tras décadas de apoyo sin fisuras al régimen autoritario de Egipto, la Unión Europea (UE) urgió anoche a las autoridades egipcias a "iniciar un diálogo serio y amplio con todas las fuerzas políticas" para abrir un proceso de transición democrática "ordenado", que prepare la vía para "unas elecciones libres y limpias".

Un día después de que EEUU reclamara al presidente egipcio, Hosni Mubarak, una "transición pacífica y ordenada" hacia "una verdadera democracia", los ministros de Asuntos Exteriores de la UE siguieron la misma pauta, utilizando casi las mismas palabras. La UE, que respaldó hasta el último segundo al depuesto presidente tunecino, Zine El Abidine Ben Alí, sigue reaccionado con retraso a las movilizaciones en favor de la democracia en Egipto. Los Veintisiete solo han reclamado abiertamente a Mubarak el inicio de una transición democrática después de que lo hiciera Washington.

DIVISION INTERNA Los debates en el seno del Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la UE evidenciaron la división interna de los Veintisiete sobre la política inmediata a seguir. Un grupo de países, encabezado por Suecia, defendieron que Mubarak abandone inmediatamente el poder para facilitar la transición democrática, mientras que otros, liderados por Francia y Gran Bretaña, propugnaron que el propio Mubarak pilote esa transición para evitar un vacío de poder que pudiera ser ocupado por los islamistas, como temen EEUU e Israel. Al final se impuso esta última estrategia. Asimismo, la ministra española de Exteriores, Trinidad Jiménez, justificó ese compromiso final con el argumento de que "es el pueblo egipcio quien debe decidir su propio destino".