Los ministros de Asuntos Exteriores de la UE y Turquía han enfatizado, este sábado en Bratislava, capital de Eslovaquia, la necesidad de mejorar su relación, que ha sido puesta a prueba por el fallido golpe de Estado en Turquía, pese a los importantes desacuerdos entre Bruselas y Ankara a raíz de las masivas purgas lanzadas tras la asonada.

"El mensaje principal que compartimos es un compromiso claro a dialogar, menos a hablar del otro y más a hablar los unos con los otros, a escucharse y a comprender a la opinión pública europeay turca", ha declarado la jefa de la diplomacia europea, federica Mogherini, durante una conferencia de prensa tras la reunión informal de los 28 ministros de Asuntos Exteriores de la UE en Bratislava.

En este espíritu, ambas partes han acordado mantener y respetar los compromisos previos, en concerto los pactos sobre "visados,aduanas, gestión del flujo de refugiados, así como en el ámbito económico", ha explicado la alta funcionaria italiana.

"EL PAPEL DE TURQUÍA"

"Todo el mundo alrededor de la mesa reconoce el papel de Turquía, socio estratégico (de la Unión), y nadie desea que las relaciones entre Turquía y la UE se degraden", ha indicado el ministro francés, Jean-Marc Ayrault, en el momento de abandonar Bratislava.

Turquía juega un papel clave en la estrategia de la UE para detener elflujo de inmigrantes sobre su territorio; un acuerdo pactado en marzo ha permitido reducir el número de inmigrantes, al tiempo que ha relanzado las negociaciones sobre el proceso de adhesión de Turquía a la UE.

Durante el verano, los dirigentes turcos han multiplicado los signos de apaciguamiento ante los llamamientos repetidos de la UE que, al mismo tiempo que condenaba el golpe de Estado fallido, ha conminado a Turquía a responder en el respeto al Estado de derecho y a los derechos del hombre.

Respecto a otro de los grandes temas de la cumbre, la firma de unacuerdo de libre comercio con EEUU, el propio Ayrault ha reconocido que no cree que el pacto pueda cerrarse antes de las elecciones presidenciales norteamericanas en noviembre.

El mandatario francés también ha admitido que había gente que "no" quería acuerdos comerciales", pero dejó claro que ésa no era "la posición de Francia", al tiempo que defendió la necvesidad de un "equilibrio". La extrema derecha y la izquierda francesa se oponen al pacto comercial entre Bruselas y Washington, en particular Marine Le Pen.