Un nuevo Gobierno en Belfast, compartido por unionistas radicales y republicanos, selló ayer la reconciliación en Irlanda del Norte. En un día que pasará a la historia, la conflictiva provincia británica recobró la autonomía y esta vez lo hizo con gran optimismo y más posibilidades de lograr la paz duradera.

Los representantes de las dos formaciones que más violentamente se han enfrentado durante cuatro décadas --Ian Paisley, del Partido Democrático Unionista y Martin McGuinness, del Sinn Féin-- se pusieron al frente del Ejecutivo y prometieron trabajar juntos para todos los norirlandeses. El primer ministro británico, Tony Blair, presente en la investidura, dijo que en el proceso que ahora culmina "hay una lección para cualquier lugar en conflicto", y destacó la importancia de que las partes enfrentadas entablen un diálogo. "Lo más importante es encontrar un escenario libre de tensiones, en el que la gente se escuche, se hable y después se entienda".

La fórmula ha dado resultado con Ian Paisley, protagonista de la milagrosa transformación. "Es el comienzo de una nueva era y creo que estamos en el camino que nos va a llevar a la paz y la prosperidad", dijo el reverendo, que juró su cargo como ministro principal en el castillo de Stormont, sede de la Asamblea.

PASAJE BIBLICO A los 81 años, Paisley ha pasado en cuestión de semanas de ser el símbolo del odio sectario, a convertirse en el gran prohombre, dispuesto a mirar hacia delante. "Si alguien me hubiera dicho hace un tiempo que iba a estar aquí, pronunciando este juramento, no me lo hubiera creído", reconoció.

Paisley echó mano de un socorrido pasaje bíblico del rey Salomón, para pasar página, porque "hay un tiempo para matar y un tiempo para curar, un tiempo para la guerra y un tiempo para la paz". "En la política como en la vida --admitió--, no siempre puedes conseguir el 100% de lo que deseas. Llega un momento en que hay que conformarse con lo ganado y seguir adelante". Martin McGuinness, tras jurar su puesto de viceprimer ministro, reivindicó su republicanismo y la creencia "en una Irlanda unida". A lo largo de la jornada, el excomandante del IRA tuvo palabras de reconocimiento para Paisley. "Confió cada vez más en que todo esto iba a funcionar. Mis experiencias al trabajar con Paisley en las últimas semanas han sido buenas, las relaciones han sido civilizadas, cordiales y constructivas".

"PERSEVERANCIA" El ministro británico para Irlanda del Norte, Peter Hain, fue aún lejos al hablar de "la extraordinaria química" entre los dos hombres. Invitados de excepción fueron los primeros ministros del Reino Unido e Irlanda, Tony Blair y Bertie Ahern, que tan duramente han luchado para sacar el proceso de paz adelante. Con los ojos puestos en la comunidad internacional y en otros conflictos, Blair explicó que "la gente quiere una oportunidad para vivir en paz". Entre los asistentes destacó la presencia del senador estadounidense de ascendencia irlandesa Edward Kennedy.